El acto se presentó ayer en Madrid. La idea es que se señalicen edificios como ayuntamientos, comisaría de policía, centros de salud o bibliotecas, entre otros.

Fuente: Europa Press

Los municipios de la Comunidad de Madrid tienen a su disposición desde octubre un catálogo de pictogramas adaptados a personas con discapacidad cognitiva para señalizar edificios públicos gracias a una iniciativa del Comité español de representantes de personas con discapacidad de Madrid (Cermi Madrid) en colaboración con la Federación de Municipios de Madrid (FMM).

El presidente de FMM, Guillermo Hita, acompañado por el secretario general de Cermi Madrid, Luis Miguel Rodríguez, y el coordinador de accesibilidad de Cermi, Juan José Cantalejo, ha explicado que se ha elegido este lunes 4 de diciembre para la presentación al haber sido este domingo el Día Internacional de las Personas con Discapacidad.

«Este es un paso para cumplir con el real decreto legislativo 1/2013, que en su apartado tercero defiende el derecho a la accesibilidad de las personas discapacitadas», ha señalado Hita, que ha felicitado el «gran trabajo» de Cermi a la hora de desarrollar el catálogo y ha recordado que está disponible después de su aprobación en junta de gobierno el pasado 23 de octubre.

A su vez, el presidente de FMM ha indicado que el objetivo principal del proyecto es facilitar la comprensión para favorecer la accesibilidad a todos los edificios públicos, aunque ha señalado también que este trabajo será útil para personas mayores o inmigrantes.

En la misma línea se ha mostrado el secretario general del Cermi Madrid, que ha defendido que todas las obras de adaptación para conseguir la «accesibilidad universal», son beneficiosas para toda la población y no solo para las 325.000 personas con certificado de discapacidad (mayor del 33%) con las que cuenta la Comunidad de Madrid.

Los pictogramas están validados por más de 450 personas, asegurando su eficacia y utilidad para las personas con discapacidad que puedan tener dificultades en la comprensión.

«Una rampa para que una persona con discapacidad física puede entrar a un edificio público puede terminar beneficiando a personas que pasean con un carrito de bebé o utilizan un carro de la compra», ha argumentado.

Asimismo, Luis Miguel Rodríguez ha recordado que este 4 de diciembre se cumple el plazo que dio la Ley de Accesibilidad de 2003 para que el «entorno público» tuviera «accesibilidad universal» y ha lamentado que «todavía quedan muchos espacios públicos construidos que no son accesibles».

Tras este incumplimiento, Rodríguez ha indicado que, al incumplir una ley, las personas afectadas por la inaccesibilidad de algunos edificios pueden denunciar la situación y que un juzgado inste al Consistorio correspondiente a acometer las obras necesarias, aunque ha puntualizado que «lo interesante sería que hubiera buena voluntad».

SEÑALES DE 25X25 CM COLOCADAS ENTRE 1,20 Y 1,40 METROS DE ALTURA

Juan José Cantalejo ha sido el encargado de explicar las cuestiones técnicas del catálogo de pictogramas, y lo primero que ha querido puntualizar es que son un sistema de «señalización identificativa». «Es decir, permiten identificar el edificio por el pictograma», ha aclarado.

Así, Cantalejo ha asegurado que ha habido tres años de trabajo para conseguir que la identificación de los pictogramas por parte de las personas a los que van dirigidos, sea efectivo.

Para conseguir que hubiera un elevado ratio de identificación, el coordinador de accesibilidad de Cermi ha indicado que se realizaron dos etapas de validación, en la que pusieron a prueba los pictogramas diseñados. En la primera ronda contaron con 450 personas con discapacidad intelectual o trastornos del espectro autista y desecharon todos los diseños que no fueran identificados por el 90 por ciento de los participantes.

Tras esta primera ronda, presentaron sus 20 pictogramas a una comisión de Accesibilidad de la Comunidad de Madrid, que realizó una serie de puntualizaciones técnicas. Tras aplicar estas recomendaciones, realizaron otra ronda con 100 personas con discapacidad con los mismos requisitos y finalmente el catálogo fue aprobado en octubre del año pasado.

El punto clave de este catálogo y lo que lo diferencia de otros proyectos es precisamente este proceso de validación, que, según Cantalejo «no tiene parangón en otras comunidades» y ha permitido la creación de un estándar homogéneo en todos los municipios de Madrid que ofrecerá garantías de que las personas con discapacidad reconozcan la señalización.

Es por esto por lo que Cantalejo ha afirmado que cualquier municipio que aplique pictogramas que no estén validados o modifique los ya validados no podrán ser admitidos y «Cermi estará en contra».

Entre los 20 espacios públicos incluidos en el catálogo, con diseños neutros, se encuentran edificios como el Ayuntamiento, la comisaría de policía, la biblioteca o el centro de salud, y otros como el teatro o el campo de fútbol.

Todas las señalizaciones tienen unas medidas de 25×25 centímetros con «contraste negativo» (fondo negro y dibujo en blanco) y, según la guía de uso se deben de colocar a la derecha de la entrada del edificio a identificar a una altura de entre 1,20 y 1,40 metros para favorecer su máxima visibilidad a 50 metros.

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