Según una investigación publicada en The Procedings of the National Academy of Sciences (PNAS), las diferencias en las conexiones neuronales de la corteza cerebral podrían servir para predecir la gravedad de los síntomas del comportamiento social y repetitivo que se asocian a los trastornos del espectro autista (TEA).

Los estudios realizados con técnicas  de imagen ya habían sugerido que las señales entre neuronas se establecen de forma diferente en la sustancia blanca cerebral de las personas con autismo que en aquellas que no padecen este trastorno. Sin embargo, todavía no se había llegado a determinar si también había tales diferencias en la sustancia gris del córtex.

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Según demuestran los resultados de  este estudio la longitud de  las conexiones neuronales del córtex cerebral -materia gris que cubre el cerebro y que influye en la memoria, el lenguaje o el pensamiento consciente, entre otras funciones- es menor en las personas con TEA con respecto a la población general.

El estudio

El equipo de Christine Ecker del Instituto de Psiquiatría del King’s College London (Reino Unido), realizó resonancias magnéticas a 68 adultos,  con y sin autismo, y encontró  que las conexiones de cableado eran mucho menoresen las personas con autismo que en las que no tienen autismo, especialmente en las regiones fronto-temporales del cerebro.

Según los autores de este estudio, los resultados confirman que, en las personas con autismo,  existen conexiones inusuales en ambas materias del cerebro, blanca y gris. Además revelan un conjunto básico de cambios neuronales que pueden ser la base de los síntomas del autismo.

Los científicos también concluyen que este trabajo confirma las ventajas indudables de sumar las pruebas de imagen a las clínicas y genéticas que se utilizan en el manejo de estas enfermedades.

Más información: ABC.es

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