Os presentamos el relato número 32 de Cuéntame el Autismo «¿Por qué en mi cole no hay niños como ella?» que nos envía Carola Méndez García, desde Madrid

¿POR QUÉ EN MI COLE NO HAY NIÑOS CÓMO ELLA?. YO QUIERO JUGAR CON ELLA
Me preguntó una niña de la edad de Irene.
La pregunta más difícil, dura, dulce de contestar que me han hecho en mi vida.
Estábamos en un parque infantil con toboganes, camas elásticas, piscina de bolas. Lo pasa
genial!.
Estaban las dos saltando y riendo. Cuando ví que le preguntaba el nombre me acerqué.
-¿Eres su mamá? ¿POR QUÉ SÓLO RÍE Y NO HABLA?
Intenté explicarle como puede que era diferente y que reía porque estaba contenta de saltar
con ella. Y así era, siento que estaba feliz de compartir con su amiga.
Pensé que la pequeña me iba a continuar preguntando y ¡no iba a saber qué decirle! ¿cómo
improvisar? Sin embargo me adelanté, lo comprendió.
Me impresionó, pues tengo el recuerdo de cuando era niña y comenzaba con una cadena de
infinitos ¿por qué, por qué? poniendo en aprieto a mis mayores…pero eran otros porqués:
sobre la vida, los fenómenos naturales… no eran interrogantes de ¿por qué otra niña era
diferente?. Entonces la comprendí , comprendí ¿por qué no siguió preguntando? Porque los
niños no discriminan, tienen infinitas curiosidades pero NO DISCRIMINAN. Tienen instinto, son
puros.
Me contestó:
– Ahhh, (con sorpresa) ¡yo no sabía que había niños como ella!. Con ilusión de compartir
juegos y sonrisa que cala el alma.
Mientras hablaba con la pequeña, miraba dónde había ido Irene. Siempre estoy pendiente
porque es imprevisible y no ve los peligros. Entonces me dijo la niña:
-No te preocupes, ella salta aquí y se va a la otra colchoneta, va y vuelve, va y vuelve siempre.
¡ya verás ahora viene!
Me quedé helada…
El ir y volver es una característica de su autismo. La niña se dio cuenta y lo vio como algo
natural. ¡Increíble cuando me lo explicó con una empatía preciosa!
No puedo describir la cantidad de emociones encontradas: sentí que todo era más sencillo,
sentí que la inclusión podía ser fácil…sentí que los niños podían compartir juegos, deportes sin
poner ellos barreras.
Después me dijo con pena ¡En mi cole no hay niños como ella!…¿por qué?
¿Cómo respondía a esa pregunta que ni yo comprendo?
Sé que no habría dificultad en que en su cole hubiese niños como ella, con gran necesidad de
apoyo, con gran dependencia. No podría compartir el mismo método de enseñanza, pero eso
no es problema pues existe la modalidad de Aula estable: un aula de educación especial
incluida en un colegio de educación ordinaria. Así tiene sus necesidades cubiertas en cuanto al
método necesario para su aprendizaje, pudiendo compartir juegos, recreo, deportes,
actividades de plástica. Compartir los momentos de ocio si tuviese los apoyos humanos
necesarios.
¿Cómo explicarle lo que yo no entiendo? ¿por qué habiendo tantos profesionales en paro
pudiendo trabajar para conseguir la integración? Profesionales con una humanidad,
preparación y altruismo indescriptible. ¿por qué en tu cole no hay niños como ella? me
preguntaba yo, mientras pensaba en la respuesta a darle. Le dije con naturalidad, no te
preocupes que ya habrá, son poquitos y no pueden estar en todos los coles.
¡¡Demasiadas emociones!!
Pensaba mientras tanto “ si los niños supierais por qué no hay niños como ella en vuestros
coles… siendo posible…”
Siguieron jugando y saltando. Además de estar yo, estaba un equipo de profesionales del
parque infantil, siempre atentas. Agradecimiento enorme a tanta bondad.
Después me preguntó ¿cómo la entiendes si no habla?. Le expliqué que hacía lo mismo que
hizo ella cuando observó que iba y venía y así la comprendía. También le dije que con fotos
(pictogramas).
Enseguida me dijo: ayyy quiero tu dirección para que cuando vaya de viaje le pueda mandar
una postal y que se ponga contenta!…
Muy intenso, muy bonito…
Comprendí tantas cosas….
No hay tantas barreras…
Sentí tanta emoción también al ver a las profesionales que llevaban el parque infantil,
brillarles los ojos de emoción. Al ver que era posible la integración, la inclusión, la diversión
conjunta.
Sentí una gran felicidad, como un abrazo de la vida, también tristeza…
Ella con su autismo, su gran dependencia, es diferente pero es igual su necesidad de diversión,
de ocio…
Recuerdo el día en que las dos jugando con el barro, colocó armónicamente unas hojas sobre
él, fotografié su creación: forma diferente de jugar y a la vez también igual que los demás
¡¡¡con una sonrisa al mancharse de barro!!!. Me maravilló, mis ojos brillaban como las hojas
con la luz del Sol.
Me pregunto si algún día no tendremos que hablar de inclusión porque sea un hecho, tan
natural para los adultos como para los niños…

Carola Méndez García

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