Buenos días, hoy hemos tenido conocimiento de este concurso de relatos, y creo que debo contar un cambio que sufrío mi hija el año pasado, que nos ha abierto un rayo de esperanza.Hace 20 meses que abrí un blog de mi hija diagnosticada de autismo casi a los 8 años de edad, después de llevar más de cinco años recorriendo psicólogos.

Este blog se abrió para establecer una comunicación con el colegio, y para que el papá de Isabel (así se llama mi hija), estuviese al tanto de las actividades que vamos haciendo, además subimos las cosas que a ella le gustan.

Siempre he estado en contra de la medicación, y tengo que dar las gracias también a su colegio, porque su medicina (hasta el día) de hoy) somos nosotros. Cuando se vé envuelta en una situación que la altera, intento cambiarle el escenario, y sus profesores hacen lo mismo. A medida que se va haciendo mayor, tien escenas puntuales de agresividad, que intentamos controlar. Cuento todo ésto para que se entienda lo que ocurrió a finales de noviembre del año pasado, porque no fue un acto puntual, Isabel durante una semana fue una niña completamente distinta.

El 17 de noviembre le puse a mi hija unos zapatos MBT, que me había dado una amiga, porque pensé que quizás así dejaría de hacer ese balanceo que hacía siempre que iniciaba el movimiento, y los llevó hasta el domingo,  el día de antes le había venido la menstruación.

Mi hija duerme conmigo, y la noche del domingo, la pasó todo el rato cogida de la mano, y diciéndome mamá qué me pasa??, yo le decía que se sentía mal, porque tenía la menstruación. Aún así por la mañana, hablé con el colegio porque notaba a mi hija extraña, y ellos también lo habían notado. Isabel cuando fue al colegio y bajó del autocar, fue a sentarse a la clase del año anterior, en su mismo sitio. Cuando llegó del colegio, íbamos en coche, y siempre quería escuchar música, y pidió que quitara la música y cuando llegamos a casa, se puso a llorar, y abrazada a mi me dijo: dónde está mi mamá???, la veía tan rara que nos fuimos al hospital de San Juan de Dios, y allí no le vieron nada físico, pero entonces me di cuenta, que había dejado de hacer el balanceo por completo, y en su lugar empezó a hacer un guiño con los ojos, y se llevaba el pelo hacia atrás.

Perdió el apetito por completo, desapareció la risa, también las cosquillas, hablaba muy poco, y se levantaba y encendia y apagaba la luz, o subía y bajaba la persiana, y también se levantaba y daba golpes a la puerta, pero con mucha tranquilidad, pero con una cara totalmente inexpresiva.

Yo estaba aterrada, el psicólogo me decía que los adolescentes hacían cambios, pero algo tan radical de la noche a la mañana??

Con el colegio nos manteníamos con una comunicación continúa, y también estaban expectantes, antes en clase ella molestaba a los demás, y ahora quería silencio, le molestaba que los demás hiciesen ruido. El apetito había desaparecido por completo, mis padres también estaban asustados, porque de ser una niña hiperactiva, y alegre, a estar absolutamente callada, y con una cara sin expresión.

Yo no sabía que había ocurrido, por qué mi hija era otra, así que llamé al profesor de la academia de MBT, y le conte lo que había ocurrido, y él me dijo que primero éstos zapatos hay que ponerlos un ratito,  y gradualmente llevarlos más rato, que él opinaba que mi hija lo que había sufrido eran unas agujetas horribles, y yo también creo que las agujetas provocaron en mi hija un miedo que generó una química, para que ella actuara de otra manera.

Duraron los sintomas una semana, poco a poco, primero empezó a jugar con su perrita de nuevo, dejó el comportamiento de encender y apagar la luz, volvió la risa, el apetito. Y el balanceo antes lo hacía cuando empezaba a caminar y ahora lo hace cuando está nerviosa o excitada por algo. Esto está relatado en su blog, no sólo fue algo que viví yo, sino que sus profesores también, y lo cierto que al no tomar medicación sabemos que es una reacción que hizo su cuerpo.

Aún así, cuando tuvimos visita con la neuróloga, y le expliqué lo que había sucedido, me dijo que ella no tenía antecedentes de éste comportamiento tan extraño en otros niños.

Hablaba al principio de un rayo de esperanza, porque yo no quiero a mi hija más metida en su mundo, como ocurrió esa semana, pero ahora sé que puede  tener otro comportamiento,  generando la química que le falta, puede haber avances positivos, todavía no sé cuál es la tecla que hemos de tocar para acertar.

Hoy he leido, que la felicidad no es la ausencia de problemas, sino la habilidad de salir adelante con ellos. Y en ello estamos cada día.

Gracias por publicar el  relato, si puede ayudar a otros padres.

Saludos cordiales,

Virginia

 

 

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