Con este artículo queremos dar entrada en nuestra página web a todas aquellas voces que, proviniendo del sector de la discapacidad y del Autismo, expresen su opinión acerca de temas de interés general para el colectivo con el que trabajamos y al que pretendemos dotar de más y mejores derechos.

Agradecemos a Juan Pedro por expresar su opinión y os dejamos con su reflexión:

La tragedia ocurrida este mes de agosto en un centro para discapacitados, en Valladolid, con el resultado de tres menores muertos, al parecer de forma violenta, me trae a la memoria otra tragedia que sucedió el verano del año pasado en otra residencia, esta vez de ancianos, en Madrid, que se saldó con dos ancianos, que padecían demencia senil y estaban en silla de ruedas, muertos al ser “olvidados” en una furgoneta.

En ambos casos se evidencian negligencias con resultado fatal y ambos casos se han dado en un sector, el de Servicios Sociales, que adolecen de una limitación de recursos crónica, que obliga a plantillas escasas y con una muy baja cualificación profesional para la atención de personas con cuadros muy complejos: discapacidades físicas y psíquicas severas, enfermedades mentales, problemas de conducta y limitaciones profundas en la comunicación y la socialización, es decir, personas con un alto grado de dependencia.

En el primero de los casos citados, al parecer se dan las circunstancias de que los tres niños fallecidos estaban a cargo de una única profesional, sin cualificación específica y con un turno que se prolongaba desde el sábado por la tarde hasta el lunes por la mañana; concurren otras circunstancias personales desgraciadas que al final resultan determinantes para que se desencadene este suceso.

En el otro caso, de los ancianos fallecidos al ser “olvidados” en la furgoneta que los trasladaba, el responsable del traslado era a la vez director del centro y encargado de distribuir a los ancianos que trasladaba, primero a los que padecían alzheimer a la sala habilitada para ellos y luego regresar para recoges a los que estaban en silla de ruedas; pero también tenía que atender las llamadas de los familiares que demandaban información sobre los usuarios.

Tanto en el primer caso, la Comunidad de Castilla-León, como en el segundo, la Comunidad de Madrid, habían llevado a cabo las inspecciones establecidas, sin que se detectara ningún tipo de problema ni queja; de hecho, ambos centros están considerados como eficaces y adecuados.

¿Se podrían haber dado situaciones similares en el Sector Sanitario?

¿Es imaginable que el conductor de un vehículo sanitario sea a la vez director del centro y que además de trasladar a los enfermos los ubique en los servicios médicos correspondientes y dé información de los mismos a sus familias?

¿Cabe en la cabeza que unos enfermos estén a cargo de un celador durante 40 horas, sin presencia ni asistencia de nadie más durante ese periodo?

Pues estas situaciones sé caben en la cabeza y sí son imaginables en el sector de los Servicios Sociales. Y esto tiene que cambiar y tiene que acabar.

Podemos tropezarnos al andar con leves consecuencias, pero si el camino discurre  por el borde de un precipicio, cualquier tropiezo puede ser fatal.

Septiembre 2011

Todas aquellas personas, colectivos, asociaciones, particulares, familiares… que quieran aportar su granito de arena mandándonos un artículo de opinión, pueden remitírnoslo a la dirección de correo federacionautismomadrid@gmail.com. Nuestra redacción publicará aquellos que considere que son interesantes para nuestros seguidores.

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