Fuente: Diariovasco.com

Las familias como la de Unai Ugalde, que tiene un niño con autismo, temen los recortes en las ayudas a sus hijos y piden que se mantengan las subvenciones porque «a largo plazo son una inversión a futuro» que favorece la integración laboral y social de estas personas.

Ugalde profesor de la facultad de Químicas de San Sebastián y padre de un niño con autismo que está integrado en un colegio ordinario, donde cuenta con profesores de apoyo para estudiar un curriculum adaptado y personal que le ayuda a derribar las barreras que le separan del resto de los niños con los que «no conecta» en los recreo, es tajante,  al afirmar que los avances han sido importantes desde que comenzaron las terapias, aunque reconoce que después de haber asistido a las ponencias del Congreso Internacional sobre el Autismo-International Meeting for Autism Research (IMFAR), «se plantea acometer una evaluación más global» a su hijo.

No es el único punto en el que le ha servido de ayuda la «cumbre mundial del autismo».

«En estos días he visto que se pueden acometer planteamientos que no se hacen aquí», señala Ugalde, al que le ha llamado la atención cómo en algunas de las experiencias llevadas a cabo en EEUU «consiguen que mejore la relación y el niño y su cuidador, y el niño y los otros niños».

En este campo se han mostrado en San Sebastián iniciativas que incluyen estrategias de juegos, «en ocasiones cosas muy simples», y en otras virguerías electrónicas como el robot «Kellie» que estimula la interacción entre el terapeuta y el autista.

«El personal que interviene en el apoyo de niños con autismo a menudo cuenta con pocas herramientas para hacer frente a todas las dificultades que entraña el reto de socializar a un niño con autismo, y eso resulta muchas veces insuficiente. Investigaciones, como las que hemos conocido en estos días, ofrecen resultados que avalan las estrategias que dan buenos resultados», agrega Ugalde.

Ugalde no ha ocultado el miedo a los recortes que recorre a las familias afectadas, pero se ha mostrado optimista porque las asociaciones «son muy activas» para conseguir fondos y para sensibilizar a la sociedad.

No obstante, hace a las autoridades un llamamiento para mantener las subvenciones porque «son una inversión a futuro» y ha advertido de que sería mucho mayor el coste de retirar las ayudas que el mantenerlas.

Como padre, Ugalde pide a las familias que acudan a un especialista lo antes posible, ya que «aunque sea un trago desagradable», un diagnóstico tardío «solo agrava la situación».

«No hay que tener miedo, ser práctico y confiar en que existen servicios porque en cuanto se interviene se mejora muchísimo».

Y lo dice un docente que conoce alumnos autistas que estudian una carrera universitaria y, aunque «tienen problemas para hablar, hacen las prácticas y los exámenes mejor que otros y no repiten ningún curso».

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