Este protocolo sobre relaciones interpersonales y sexualidad en personas con discapacidad intelectual, trastornos del espectro autista y otras discapacidades con déficit cognitivo usuarias de centros residenciales, pretende afrontar una realidad existente en los mismos que no ha sido abordada suficientemente, pero que sin duda forma parte de su vida diaria. Se trata, por tanto, de intentar apoyar en la resolución de las necesidades interpersonales a las personas residentes, en función de su discapacidad y de la posibilidad que tengan de tomar sus propias decisiones en esta materia, contando siempre con sus familias.

El desarrollo afectivo-sexual de las personas con discapacidad es, al igual que para el resto de las personas, fundamental en su desarrollo personal, su satisfacción, su salud, etc. Según la OMS, la sexualidad es una fuente de placer, salud, bienestar, comunicación y comprensión que genera en las personas actitudes positivas ante sí mismo y ante los demás. La sexualidad debe considerarse como una parte integrante del desarrollo psicoafectivo y psicoevolutivo, por lo que el desarrollo íntegro de las personas conlleva la aceptación del ser humano como ser sexuado.

Desde la Junta de Andalucía nos presentan este protocolo.

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