Empresas como la alemana SAP han estado contratando personas con autismo. Algunas empresas están viendo el autismo cada vez más como un activo.

Fuente: The Wall Street Journal (América Latina)

SAP AG, firma alemana de software empresarial, ha estado contratando personas con autismo, no con fines caritativos, sino porque cree que algunas características del autismo podrían ayudar a realizar mejor ciertas tareas. Es una iniciativa encomiable, afirman expertos en discapacidades, ya que se estima que un 85% de los adultos con autismo están desempleados.

El programa de SAP, que fue probado primero en Alemania, India e Irlanda, también está siendo implementado en cuatro oficinas en América del Norte.

Para 2020, SAP apunta que hasta un 1% de su fuerza laboral —cerca de 650 personas— sean empleados con autismo, según José Velasco, director de la iniciativa en Estados Unidos.

Las personas con un trastorno del espectro autista —caracterizado por deficiencias sociales y un comportamiento repetitivo— suelen prestar más atención a los detalles, lo que puede hacerlos más aptos para probar y controlar la calidad de software, explica Velasco, quien tiene dos hijos con este trastorno. Estas personas aportan además una perspectiva distinta en el trabajo, lo que podría incluso mejorar la eficiencia y la creatividad, agrega.

«Tienen un carácter muy estructurado» y prefieren resultados precisos y sin ambigüedades, dice Velasco. «Estamos evaluando esas fortalezas y estudiando dónde serían valiosos esos rasgos para la organización».

Los empleados con autismo de SAP desempeñan tareas como identificar problemas de software y asignar consultas de servicio al cliente a miembros del equipo para que encuentren una solución. Un empleado, por ejemplo, trabaja en marketing para empleados, enviando comunicaciones dentro de la empresa. SAP busca alguien que produzca vídeos y está considerando un postulante con autismo que tenga experiencia en artes audiovisuales. La compañía también busca ocupar otros puestos, como escribir manuales para clientes con instrucciones muy precisas sobre cómo instalar software.

Las personas con autismo podrían sobresalir en tareas que requieren seguir ciertos pasos uno por uno, sin saltarse detalles que otros podrían pasar por alto, afirma Velasco. Procesar facturas o manejar la cadena de suministro, es otra área en la cual un individuo con autismo podría lucirse, agrega.

SAP no es la única empresa que tiene un programa de este tipo. En Estados Unidos, el gigante de préstamos hipotecarios Freddie Mac ha ofrecido pasantías desde 2012, entre ellas en tecnología de la información, finanzas e investigación.

El prestamista contrató en enero a su primer empleado a tiempo completo del programa. En tecnología de la información, Freddie Mac ha notado que los practicantes con autismo con frecuencia se desempeñan bien en trabajos de pruebas y modelos de datos que requieren una gran atención a los detalles y concentración, así como una forma de ver cosas que los desarrolladores podrían no haber previsto.

«Aprovechar las aptitudes únicas de personas con TEA tiene el potencial de fortalecer nuestra empresa y hacernos más competitivos», señala Freddie Mac.

SAP trabaja con Specialisterne, una firma danesa de consultoría y capacitación enfocada en el autismo, que busca y entrevista a candidatos para hallar personas idóneas para ciertas labores.

Patrick Brophy, de 29 años, tiene un título universitario en sistemas de software y una maestría en sistemas multimedia, que incluye desarrollo y edición de sitios web. Brophy tiene el síndrome de Asperger; durante años estuvo buscando un trabajo a tiempo completo, pero en las pocas entrevistas a las que fue, a veces tartamudeaba o no entendía bien las preguntas, lo que, según él, lo dejaba mal parado.

brophy

Sin embargo, cuando llegó a SAP para ser evaluado, contaba con las calificaciones técnicas y parecía poseer las destrezas para trabajar en un entorno empresarial, asevera Peter Brabazon, gerente de programas de Specialisterne. Brophy fue contratado en julio en el departamento de control de calidad, donde identifica errores en el software antes de que sea enviado a los clientes.

«Cuatro semanas antes de incorporarme, me ponía cada vez más nervioso», recuerda Brophy, quien estaba preocupado por su adaptación a un nuevo ambiente. «En un mes, trabajaba con total naturalidad. Me había encontrado a mí mismo». Brophy dice que se ha enfrentado a desafíos en su trabajo, en particular cuando tiene que modificar la forma en la que realiza ciertas tareas. Desde el punto de vista social, le resultó fácil integrarse a su equipo, dicen Brophy y David Sweeney, un colega designado como su tutor.

En EE.UU. se cree que alrededor de 1% de la población –unos tres millones de personas– tiene autismo. Las últimas cifras del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades, divulgadas recientemente, muestran que uno de cada 68 niños ha sido identificado con autismo.

Su tasa de empleo a lo largo de toda la vida es extremadamente baja pese a que muchos desean trabajar, según expertos en discapacidades. Entre los adultos de entre 21 y 25 años, sólo la mitad ha tenido un empleo remunerado fuera de su casa, según un estudio publicado el año pasado en Journal of the American Academy of Child and Adolescent Psychiatry.

Aunque muchas personas con autismo van a la universidad y están capacitadas para trabajar, sus dificultades para socializar o su desempeño en entrevistas podrían afectar su búsqueda laboral.

Hay varias empresas y campañas sociales que buscan contratar personas con autismo y adaptar trabajos según sus capacidades. Sin embargo, SAP y otras empresas como Freddie Mac señalan que su iniciativa es una decisión específicamente de negocios que busca aprovechar lo que consideran un conjunto de destrezas excepcionales. SAP señala que las personas que son consideradas para un puesto en general han tenido al menos algún tipo de educación superior.

«Es difícil ir a un entorno corporativo si prefieres el orden al desorden», dice Thorkil Sonne, fundador de Specialisterne. «Nuestro mayor esfuerzo es trabajar con ellos… para definir y fortalecer el terreno donde se sienten cómodos», señala Sonne, quien tiene un hijo con autismo.

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