Recuerdos en la ciudadela
Autora: Laura Jareño Sánchez
Las pompas de jabón flotaban en el aire, eran inmensas y Alejandro y yo sonreíamos. Sobre todo él, su sonrisa, su mirada azul a las pompas, era mágico…
Estábamos en el Parque de la Ciudadela en Barcelona. Una tarde de sol del mes de abril, él había elegido previamente donde iríamos a pasar la tarde mediante su libro de comunicación por PECS (sistema comunicativo de intercambio de imágenes) que ayuda a las personas sin lenguaje oral a comunicarse y a que el resto de personas les entiendan. En el apartado de lugares preferidos habían restaurantes de comida rápida, bares, gimnasio, piscina, pádel, y como no la Ciudadela que es donde parece ser que más disfruta.
Siempre recorremos este fabuloso parque hasta llegar a las fuentes, a las fuentes mágicas de Alejandro. La gente paseaba por allí, tomando fotografías de sí mismos en aquel maravilloso lugar. Yo quise inmortalizar este momento con las palabras que ahora escribo.
Recuerdo como es día fui yo la acompañada en su elección y trayecto que tan importante es para poder ser autónomos y tener una vida plena y digna de cualquier persona con o sin autismo. Cómo fui descubriendo su capacidad de observar, de sonreír y de disfrutar de su tiempo libre.
Al bajar de las escaleras fue directo a la terracita del chiringuito y pudimos pedir cada uno a la camarera nuestras consumiciones. Saboreamos nuestros cafés descafeinados de sobre. Al acabar mediante un sistema de anticipación visual, le comenté iríamos a esperar el autobús para ir a casa.
Fue estupendo poder disfrutar de aquella tarde de sol de tranquilidad y diversión una tarde cualquiera donde priman las pequeñas cosas donde el compartir y acompañarse en igualdad reina por encima de todo.