Correr en busca de la felicidad
Autora: Paqui Vaca Reyes
Dani es un niño difícil. Dani es un niño hiperactivo. Dani es un niño complicado. Dani es un niño autista.
Dani es un niño maravilloso. Dani es un niño especial. Dani es un niño adorable. Dani es único.
Dani es un NIÑO.
Lo conocí con 3 años y se presentaba ante mis ojos como uno de mis grandes retos en mi carrera profesional y como uno de los alumnos a los más querría de todos los que he conocido hasta ahora.
No sé si os ocurre, pero pasado un tiempo trabajando con niños de características especiales, no se sabe si lo difícil y complicado es él o somos los que le rodeamos. Tan difícil hacer a él que se mantenga sentado como al maestro hacerle entender que necesita el movimiento. Porque a mi Dani le gusta el movimiento. Le gusta saltar, bailar y correr. Disfruta y es feliz con ello. Y digo yo…¿Por qué no dejarlo que lo haga si eso le hace feliz?
Dani se sienta a tu lado, mientras tú le enseñas tarjetas y dices qué son. Dani te mira con ternura, pero no sé si con comprensión. Tú le sonríes y él te sonríe con dulzura, aunque no sé qué siente. Él mira las tarjetas, y a veces, repite o dice su nombre, pero no sé si porque lo sabe, por casualidad o porque sabe que yo quiero que lo diga… Pero después de un rato, Dani se cansa y Dani corre por la clase. Se para. Te mira. Sonríe. Dani es feliz. Así que corremos durante un rato por la clase. Salimos al patio y corremos. ¿Hacia dónde? No lo sé. ¿Para qué? Tampoco lo sé. Pero eso a Dani lo hace feliz. Después de un rato, volvemos a la clase y lo intentamos con un puzle. A Dani le gustan los puzles, los mira y recorre con su dedo el borde de todas las piezas. Tú le indicas dónde lo tiene que poner y Dani te mira y sonríe, pero no sabe qué tiene que hacer, así que tú le ayudas, coges su mano y colocas la pieza en su lugar. El puzle no está terminado y Dani se cansa y se pone a correr. Así que guardamos el puzle y volvemos a correr otro poquito. ¿Hacia dónde? No lo sé. ¿Para qué? Tampoco lo sé. Pero a Dani eso lo hace feliz.
Hoy he ido al club de atletismo de la ciudad y le hablado de Dani. Todo listo. Dani comenzará en breve sus entrenamientos. Sé que será un gran corredor, porque corriendo Dani es feliz…
Al leer el relato, me senti totalmente identificada, pues mi hijo tiene el mismo nombre del pequeño de la historia Dany, y tambien es Autista….
Ahora con 14 años, y revisando nuestra historia, me doy cuenta que nuestro hijo ha sido y es, un gran corredor…. en sus primeros años, no paraba en ningun lugar quieto y cuando llego la etapa escolar, en las salas de clases, tambien, era muy inquieto…. se paraba, distraia a sus compañeros, no prestaba mucha atencion a la profesora, etc…..
y al pasar los años, la hiperactividad en el, ha ido disminuyendo. Gracias a Dios y a nuestros esfuerzos como familia, nuestro Dany, ahora es un niño-joven (como asi nos dice el) mas sociable y moderado en su actuar, lo que nos tiene muy contentos.