Contigo en el camino
Autora: Mª Luisa Alonso
Hace tiempo que iniciamos el camino y aquí estoy ahora hablando contigo, conmigo. Me siento detrás de ti y te digo que me cuentes y yo escribo, me dices las palabras que te callas. Me preguntas, te contesto, dices que no sabes pero entiendes, hablamos de lo mismo, será casualidad?, el mundo del autismo irrumpió en nuestros caminos.
Cómo decirte que me muestro preocupada, te observo me alienta tu mirada. Te he visto. Qué bien buceas en el agua, intentando profundizar en el misterio de tu alma.
Tus bucles me han gustado, me invitas a zambullirme en el sosiego que te abraza. Tus miedos precavidos derivan de la experiencia que te alcanza, tendré que mecerme con cuidado para no desestabilizar tu alma ahora callada, admirarte considerando el consuelo de tu alma.
Ahora que me hablas, te recuerdo, te apareces junto a mí, te percibo tan cercana. ¡Qué raro el misterio del camino, cuántos destinos, cuántos senderos todos distintos!
Por un momento te conozco, te siento semejante. Tu vida me acompaña, las dos a la deriva ¡Qué suerte el encontrarte, converger en el camino de la vida, se muerden los silencios, que cansancio, cuanta sed, nos duelen las heridas, me ofreces de beber del manantial de tu mirada! Te encuentras sosegado, el dolor por un tiempo se relaja, ensimismado en el paisaje que te abraza, se esboza una sonrisa esa del alma , un ritmo interrumpido de sonidos agradables y de pronto invadida por la calma que te envuelve, me declaras. Me cuentas el prodigio escondido, tus vivencias, la alegría, la tristeza a veces callada, tus rutinas, tus manías y las mías, ese vínculo con la vida que te calla y que me dice déjame solo un momento, no me aturdas, tu retahíla de palabras me molesta, háblame mejor con tú mirada, esa que entiende los corazones callados del alma.
Encontré que tus palabras no me hieren pero sí tus actos si me ignoras. Ofréceme tu tiempo, no me temas, me gusta sumergirme en tu mirada, que contemples mi alma ya cansada de vagar por este mundo enemigo de lo mío y de lo tuyo. ¡Qué consuelo tan grande el encontrarte!
Y me hablas y me dices habilítame un espacio en tu memoria, ayúdame a entender lo que me pasa, no quiero estar solo, me encuentro bien contigo, no me dejes, dame tu mano, no vaciles, indícame, enséñame el camino, no interpongas falsas condiciones, solo hay una verdadera y esa es que me quieras, acéptame así, no soy simple ni tampoco complicado, dedíca tiempo a comprenderme como yo a ti, obsérvame, acércate despacio en este espacio intermitente que nos une, escapando de mis miedos, aceptando que también de mis manos surjan los abrazos.
Necesito prepararme como todos, estímula mis sentidos, acicálate al mirarme , no desesperes, ya verás como sientes alegría, comprobando si tú quieres enseñarme, necesito como tú aprender habilidades , ten en cuenta que aunque no aprendo fácilmente, necesito muchas veces ensayarme que me digas cómo debo hacerlo con paciencia, lo que intento para mí es importante, piensa que me esfuerzo, mi deseo es también comunicarme, c omo tú yo también soy insistente pero necesito que tú quieras ayudarme.
¿Quién te dijo que el mutismo que me calla sea tan grande que me mantenga aislado y no pueda comprender lo que surja de ese instante provocado que me ofreces, ese tiempo al acercarte? No me inculques tus miedos y verás como jamás te sentiré distante, verás como también puedo enseñarte la profundidad de mi mirar al contemplarte.
Después de revelarte mi secreto, ese que la vida me ha otorgado, te diré que como tú no puedo vivir sin ser amado, dime entonces, te parece complicado?. Te permito si tú quieres responderme con tus actos.
Ahora me convierto contigo en peregrino de la vida , me conquista tu sosiego encantado, absorta me adentro con respeto en la naturaleza de tu alma donde estalla la palabra que te nombra y se sienta para siempre descansando en mi memoria.