La hipoterapia consiste en aprovechar los movimientos tridimensionales del caballo para estimular los músculos y articulaciones; nació en los años 60-70 con la finalidad de mejorar el estado anímico de personas que padecían enfermedades no curables aunque algunos médicos lo aconsejaban también por aquel entonces para el tratamiento de enfermedades como la gota.
Con el transcurso de los años han sido numerosos los avances que se han desarrollado en esta materia y en la actualidad existen Fundaciones y profesionales que desarrollan programas de hipoterapia dirigidos a personas con discapacidades motoras o mentales y que llevan a cabo también actividades ecuestres adaptadas como recurso de ocio y tiempo libre; y los resultados derivados de esta acción hablan en todo momento de los beneficios que aporta la realización de este tipo de actividades.
Conocedores de que las personas con Autismo pueden beneficiarse de la hipoterapia, la Federación Autismo Madrid (FAM) ha visitado en el mes de Mayo, junto con representantes de la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid, las instalaciones de la Fundación Caballo Amigo, que dispone de una escuela ecuestre, y utiliza esas mismas instalaciones para llevar a cabo actividades terapéuticas más específicas para personas con discapacidad.
En estas organizaciones, se trabaja de manera coordinada con expertos que les orientan y guían para adaptar las sesiones a las necesidades de los usuarios, y el equipo de personas que dan atención directa está formado por profesionales de diversas disciplinas que garantizan la calidad de la intervención (fisioterapeutas, expertos ecuestres, psicólogos, maestros, etc.).
Las personas con Trastornos del Espectro del Autismo (TEA) tienen como sintomatología (entre otras), la dificultad para desarrollar habilidades comunicativas y un repertorio de intereses restringidos; y es importante desarrollar acciones y programas adaptados y encaminados a posibilitar que este colectivo disfrute de actividades diferentes. La hipoterapia dirigida a este colectivo, utiliza como elemento fundamental el caballo e incluye diferentes técnicas orientadas a buscar soluciones a los problemas de aprendizaje y adaptación que presenta este colectivo.
Es un hecho contrastado que además de aportar beneficios físicos, los beneficios psicológicos que recibe la persona que practica esta actividad son numerosos, contribuyendo a mejorar aspectos básicos tales como la motivación, la empatía, el autocontrol, estimular la afectividad, mejorar la atención y la concentración, estimular la sensibilidad táctil, visual, auditiva y olfativa, y ayudar al aprendizaje pautado de acciones para aumentar también la capacidad de independencia.
Actualmente, se están llevando a cabo estudios empíricos para medir de manera objetiva los beneficios que reporta a las personas con cualquier discapacidad llevar a cabo actividades como estas disfrutando de entornos naturales y relajados.