El Blues del Segurata
Autor: David César
Fernando trabaja de vigilante de seguridad, “segurata”, pero su verdadera pasión es hacer reír encima de un escenario. Así que Fernando también es “monologuista”, cómico, humorista, llámalo como quieras, él se hace llamar “El Pelao”. Coge el micrófono y se olvida del cansancio, la lucha, la decepción.
Últimamente le dio por crear una canción con todo el humor del mundo que retrata su condición de vigilante al servicio de la comedia y le puso título: “El Blues del Segurata”. La canción tiene esencialmente una base rítmica: “tanana naná…chanchán chanchán”. A cada verso que suelta, Fernando, a modo de onomatopeya, reproduce el sonido de un figurado instrumento tocando su blues: “chanchán chanchán”.
Un día, en Getafe, en el transcurso de una gala benéfica en la que se recogían juguetes para los niños necesitados, Fernando vio a uno que no seguía los juegos de Amalio, otro humorista que ese día actuaba en su rol de clown. No le dio más importancia. Cuando llegó su turno cogió el micro y volvió a cantar “El Blues del Segurata”: “tanana naná… chanchán chanchán”. Risas, aplausos y vuelta al curro, a vigilar.
A los pocos días la madre de aquel niño que no seguía a Amalio en los juegos se pone en contacto con Fernando por una red social. -Soy la madre de Izan, un niño de dos años y medio que es autista. No habla, no emite ningún sonido. Bueno, no emitía hasta el otro día. Mi hijo Izan está tarareando tu canción: chanchán chanchán.-le escribe emocionada.
En la red social hay videos publicados con la actuación del blues y la madre no para de reproducirlos para que Izan se siga expresando: ríe, baila, salta con los puños cerrados. Pero no acaba aquí la sorpresa. La madre le enseña una fotografía de “El Pelao” e Izan canta “El Blues del Segurata”. Sí, el niño, desde su interior, ha alargado la mano y ha elegido a Fernando. Fernando es su vínculo con el exterior.
Éste, al conocer este hecho, ni se lo piensa y se pone a su disposición -para lo que haga falta-dice con rotundidad. Así es como Fernando estrecha el vínculo tanto con la familia como con el niño, hace un seguimiento de las pesquisas médicas y le graba videos pedagógicos para que asocie elementos y palabras: el color rojo con la palabra rojo, por ejemplo. Porque Izan no asocia pero sí le asocia a él con la canción así que quizá “El Pelao” sea el medio. Por intentarlo por esta vía que no quede.
Y en este punto queda la historia. Sí, esta historia no tiene escrito su final o tiene un final abierto lleno de esperanza e ilusión, cargado de generosidad, desbordado de amor y emociones. Ahora, cada vez que Fernando se suba a un escenario y cante “El Blues del Segurata”, pregúntale qué significa esta canción. Él, el vigilante, el cómico, Fernando, “El Pelao”, el humorista, el segurata simplemente te dirá: -Izan.
“IZAN” será el nombre de la gala benéfica «Sonrisas por el Autismo» a favor de la asociación GALI, de ayuda al aprendizaje para la integración. Nunca un blues hizo tanto bien y nunca la comedia tuvo mayor sentido. Es el Blues del Segurata. Es el Blues de Izan. ¡Tanana naná! ¡chanchán chanchán!
David, está muy bien el relato y muy ensamblada la idea del autismo, la gala y el concurso. Soli suerte en li que pretendes pero la faena está hecha. Animo monstruo! Enrique «el cuñao»,
Conozco a los protagonistas y la historia es así de bonita, como la cuenta de una forma tan hermosa David Cesar..