Esta es la carta que hemos enviado al Director del periódico El País, en referencia al artículo titulado «Asperger» que fue publicado el pasado 27 de agosto y donde se compara este trastorno con la situación de la inmigración en Europa en la actualidad.
Sr. Director:
En su edición del pasado 27 de agosto, el escritor y colaborador de su diario Santiago Roncagliolo escribe una columna de opinión titulada «Asperger».
Una vez más asistimos al curioso fenómeno de asociar cuestiones polémicas y de marcado carácter negativo como la aplicación de políticas desacertadas, la incapacidad en la gestión de conflictos o la pugna de intereses controvertidos con algo muy distinto: un trastorno que afecta a muchas personas en cuestiones referidas a su capacidad de comunicar, socializar o mostrar diversidad de centros de interés. El Síndrome de Asperger se engloba en la actualidad dentro de los trastornos del espectro del Autismo (TEA) y en pleno siglo XXI todavía estas personas, y sus familias, tienen que sacudirse el sambenito desfasado e injusto que muchos medios de comunicación como el suyo continúan aplicando sobre ellos.
La discapacidad está presente en más de mil millones de personas en nuestro planeta. La llamada «gran minoría» está avanzando en el respeto y la promoción de los derechos que como seres humanos les asisten. Las personas con TEA, como lo son las personas con Asperger, también tienen derecho a no ser utilizados de manera discriminatoria, a no ver señalada la dificultad con la que día a día conviven como ejemplo de valores negativos o perjudiciales.
En suma, a tener el derecho a ser objeto de una sensibilización social que enseñe a diferenciar entre comportamientos y conductas perniciosas, mal enfocadas o de lamentables consecuencias para la sociedad, como es la tragedia de la inmigración en nuestro continente europeo, y lo que supone presentar una determinada dificultad que supone un reto cotidiano, pero siempre bajo la esperanza de los éxitos de una intervención adecuada, de alcanzar cada día un mayor techo de autonomía personal, de encontrar y luchar por ese hueco en la sociedad que reclamamos para aquellos que lo encuentran en ocasiones más estrecho, ocupado por el cliché, el dato incorrecto y el dedo señalador que castiga a los que son diferentes o simplemente a los que tienden a organizan su espacio o su vida de manera diferente.
Señor Director, en su mano y en la de su periódico se encuentra la potestad, diría la obligación ética, de contribuir a la mejora de la información sobre la realidad de las personas con alguna discapacidad, al respeto de sus derechos y a la promoción de la sensibilización social hacia las personas con discapacidad de una manera inclusiva, honesta y sin sesgos.
Christian Loste Ramos
Director
Federación Autismo Madrid
Y hubo alguna respuesta???. Yo escribí al mismo autor de la nota, y me contesto diciendome, que ya habia pedido disculpas publicas en redes sociales (entiendo yo a las personas que le escribieron) y que habia retirado el articulo de su twiter y que en ese instante lo quitaba del facebook y que no sabia que mas hacer, que no fue su intensión ofender o maltratar a alguien; le respondí que asi como hablia publicado la nota, publicara una rectificación y digo rectificación porque no solo era una comparación negativa, sino con datos no ciertos, como que son violentos, que investigara el tema y podria asi voltear a algo positivo un error tan perjudicial, pero ya no me contestó, al parecer su afan era sacarse el cargamonton, evitando que mas gente lo leo, pero no aceptar el error y enmendarlo. Una pena, porque se hace tanto por enseñar a los chicos y adultos como son y como tratar a un Aspi, para que con la nota de un escritor conocido, se borre años de trabajo.
De momento no María Antonieta… Os tendremos informados.
Un saludo.
Autismo Madrid
Como adulto dentro del Espectro Autista (E.A.), he aprendido y procuro no escuchar ni leer literalmente cada mensaje humano sino situarlo siempre en un contexto y, por eso, no puedo tomarme en serio los patinazos indiscutibles de ese artículo, sino como una licencia para llegar al mensaje que, según entiendo yo, debería ofender más al resto del mundo, y no tanto al mundo del autismo. Entiendo que el mensaje de ese artículo (ciertamente con los patinazos que denunciáis) es en realidad tan importante que quizá supere sus defectos, y podría resumirse así: «todos debemos pararnos a definir las auténticas limitaciones humanas, para actuar entonces en consecuencia (como hacen las personas dentro del E. A.): no podemos seguir ciegos a la evidencia de que nuestras capacidades sociales tienen algún límite, y eso me lo ha sugerido conocer las dificultades sociales a pequeña escala de un niño con Síndrome de Asperger.» Yo también le he escrito, a través del periódico, sin respuesta por el momento.
Saludos.
Información completamente errada. Por ejemplo el autor cita el mutismo como característica del Asperger, cuando en realidad el no tener un atraso considerable del habla era uno de los criterios para diagnosticar Asperger. Encima resulta que es muy típico de nosotros no poder entender que le hacemos daño a alguien aún cuando lo agredamos físicamente… increíblemente irresponsable.