Uno de los premios Ángel Riviere, en su quinta edición en el 2010, recayeron en Pilar Pozo, Ángeles Brioso, Encarnación Sarriá, por su trabajo, “Modelo multidimensional de adaptación psicológica de padres de personas con trastornos del espectro autista.”

El objetivo de este estudio es la realización de un análisis de forma multidisciplinar y global sobre la adaptación psicológica y familiar en las madres y padres de las personas con TEA, así como avanzar en el conocimiento del impacto y los factores de adaptación psicológica de las madres y padres, con el fin último de aportar orientaciones para el trabajo de los profesionales con las familias.

Los resultados demuestran la aplicabilidad del modelo y su capacidad para identificar variables relevantes. Asimismo, se muestran diferencias entre padres y madres en la vivencia de la severidad del trastorno de su hijo, en los apoyos percibidos y en sus estrategias de afrontamiento del problema.

Las conclusiones finales del estudio destaca la idea de que las familias de personas con TEA pueden adaptarse adecuadamente al entorno y a las necesidades derivadas del cuidado de su hijo, a pesar de las grandes dificultades y demandas que tienen que afrontar. La percepción de la situación es el aspecto más relevante y con mayor influencia en la adaptación de las madres y padres, tanto a nivel individual como familiar. En concreto, aceptar el problema, reestructurar positivamente su significado, sentirse capaz de manejar la situación y, sobre todo, percibir que las situaciones y dificultades de la vida diaria son retos que merece la pena afrontar, son los aspectos fundamentales que promueven una buena adaptación, y por tanto, elementos sobre los que se puede y merece la pena trabajar.

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