La Asociación Sinteno, con la colaboración de la Asociación ProTGD, participó en una escuela de Pinto realizando talleres didácticos.
El pasado 18 de febrero, con motivo del Día internacional del Síndrome de Asperger, y con la mediación de la Asociación ProTGD, Sinteno tuvo la ocasión de presentar el programa ‘Sinteno en la Escuela’ en el Colegio Santo Domingo de Silos, en Pinto (Madrid), donde asiste como alumno en formación normalizada el hijo de Menchu Gallego una de las asociadas más activas de ProTGD, que además estuvo presente durante toda la jornada y ayudó a desplegar una maratón de talleres didácticos en las aulas de 3º y 4º de primaria.
Para la Asociación Sinteno «es especialmente importante establecer alianzas con asociaciones asistenciales enfocadas al apoyo a las personas con asperger y autismo, así como con colegios de educación normalizada con o sin programas de apoyo TGD».
¿Qué es Sinteno en la Escuela?
El programa ‘Sinteno en la Escuela’ no va encaminado a chicos y chicas con TEA sino al alumnado en general, y esto es difícil de explicar en un entorno en el que se entiende la inclusión como un apoyo a la persona que es diferente para que se convierta en normal.
Desde Sinteno aseguran que «no es eso lo que buscamos con nuestro programa didáctico. Convencidos como estamos de que discapacita más el entorno que el trastorno, nos volcamos en las escuelas, donde nace todo, para hacer ver a los chicos que la diversidad es un motor de crecimiento y que el diferente, el que está en minoría no es un elemento extraño al que encapsular sino uno más de nuestro grupo. Que tener compañeros que perciben la vida y se desenvuelven en ella de forma diferente, lejos de ser un problema es una oportunidad. Porque, a fin de cuentas, ¿no somos todos diferentes?».
El resultado de esta actividad en el colegio de Pinto fue el siguiente.
Los chicos del colegio Santo Domingo de Pinto ya saben que cada persona puede ser de un color y que no hay nadie que se exprese igual. Y esto lo han aprendido con arte. Pintores como Picasso, Van Gogh, Kandinsky o Pollock les han enseñado que ser diferente es sólo una forma más de ser.
«Algunos chicos eran rojos porque eran intensos; otros pensaban que Picasso pintaba cuadros azules porque antes había muchos pobres, otros nos expresaron que al final del taller estaban contentos y se sentían verdes y amarillos. Todos recargamos las pilas, compartimos y debatimos sin barreras y nos quedamos con ganas de repetir», explican desde Sinteno.