La Fundación Cermi Mujeres lamenta que «las mujeres con discapacidad somos también parte de esas mujeres que sufren violencia de género»
El Comité de Entidades Representantes de Personas con Discapacidad de la Comunidad de Madrid (CERMI Comunidad de Madrid), con motivo de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer este 8 de marzo, ha vuelto a denunciar la situación de exclusión injustificable en la que continúan las mujeres con discapacidad, pese a que se trata de un sector social de 2,5 millones de personas en toda España (el 60% de la ciudadanía con discapacidad).
De este modo, CERMI Madrid se suma al manifiesto de la Fundación CERMI Mujeres (FCM) y del CERMI Estatal, que han publicado un manifiesto en el que llaman a todas las mujeres con discapacidad y a al tejido asociativo de la discapacidad a secundar el paro que diferentes organizaciones de mujeres han convocado para este miércoles en decenas de países a las 12.00, con el fin de que también se visibilicen las necesidades y demandas de las mujeres y niñas con discapacidad. Este manifiesto también se encontrará disponible en versión accesible (braille, lectura fácil, pictogramas y lengua de signos).
En materia de empleo, las mujeres con discapacidad denuncian que su exigua presencia en el mercado laboral se ve afectada por una importante brecha salarial en comparación con los salarios que perciben los hombres con discapacidad, y sobre todo, la población sin discapacidad. Por ello, reclama luchar contra este problema y urge a que se valore la aportación que realizan las mujeres con discapacidad en el ámbito productivo y reproductivo. “Tener independencia económica y ver reconocida y promocionada nuestra autonomía personal son ejes clave para nuestra total emancipación”, recoge el manifiesto de la FCM.
En esta línea, la FCM asegura que la Ley 39/2006, de 14 de diciembre, de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia, concebida en su día como un nuevo pilar del estado de bienestar y como piedra angular de una nueva política de los cuidados, ha acabado convirtiéndose en un sistema en declive continuo, que solamente ha conseguido mantener parte de su vigencia a través, una vez más, del trabajo invisible y precarizado que realizan las mujeres, incluyendo las que tienen discapacidad, en la esfera de lo doméstico.
Las mujeres con discapacidad denuncian que su exigua presencia en el mercado laboral se ve afectada por una importante brecha salarial en comparación con los salarios que perciben los hombres con discapacidad
Por ello, pide que se alcance un pacto de estado que revitalice este sistema, que es fundamental para las mujeres en situación de dependencia, especialmente si están sufriendo una situación de violencia.
La FCM lamenta, por otra parte, que “las mujeres con discapacidad somos también parte de esas mujeres que sufren violencia de género, pero que cuando damos un paso para salir de ese infierno, nos seguimos encontrando con la inexistencia de recursos adecuados que den respuesta a nuestras necesidades: casas de acogida inaccesibles, obstáculos añadidos para acceder a la justicia, profesionales que desconocen nuestra realidad e incredulidad y sospecha en relación a nuestros testimonios”. Además, la entidad critica también la situación a la que tienen que hacer frente las madres víctimas de violencia con hijas e hijos con discapacidad.
Así, la FCM exige que “el pacto de estado que está discutiéndose actualmente incluya un enfoque interseccional que tome en consideración nuestra realidad como mujeres, y además, que esté adecuadamente dotado de presupuesto. Sin inversión en esta materia lo único que conseguiremos es seguir dando pasos hacia atrás”.
Igualmente, “exigimos a nuestros representantes políticos que acaben de una vez por todas con el reconocimiento legal de las esterilizaciones forzadas en nuestro ordenamiento jurídico, que envía, a través de los procedimientos de incapacitación legal, a un limbo jurídico a miles de mujeres en nuestro país, provocándoles su total muerte civil”.
Por todas estas razones, el manifiesto recoge que “no podemos más que alzar nuestra voz para reivindicar en este 8 de marzo nuestro espacio como ciudadanas activas, como mujeres que se enfrentan cotidianamente a un sinfín de obstáculos que dimanan de la vigencia de estereotipos y falsos mitos acerca de lo que significa ser una mujer con discapacidad en esta sociedad ‘capacitista’ y patriarca.