Ya entiendo un poco a mamá. Ella es mamá, porque me lo repite, y la veo todos los días. Y papá me lleva a correr y a nadar todos los días. Es muy divertido.
Llevo muchos años yendo al cole CEPRI y gracias a los dibujos entiendo mejor el mundo y las cosas que tengo que hacer.
Tengo 19 años, lo sé por una tarta gigante que llevé al cole con los niños para celebrarlo.
Pero he estado muchos años sin entender nada…. y todos me gritaban, me regañaban, y yo lloraba mucho y pataleaba. ¡Voy a intentar recordar qué era lo que no entendía!
¿Por qué llora el hermanito, mamá? He roto su juguete porque me lo llevo a la boca, lo muerdo y tiro de él. Eso me entretiene.
¿Por qué me regañas mamá y me miras con cara enfadada? Hemos entrado a comprar en una tienda grande, en el carrito vamos metiendo harina, yogures, mis galletas preferidas de chocolate… pero en la salida te entretienes en sacar otra vez las cosas y yo me he puesto nervioso, empiezo a chillar y me tiro al suelo.
Voy andando por la montaña y veo agua. Me he metido, me apetecía, tengo calor, pero papá y mamá han hablado alto y me han dicho: ¡Sal, que te has mojado entero! Yo me tapo los oídos.
Estoy en un parque y empujo a una niña que está en el columpio porque YO QUIERO MONTAR y divertirme. Me gusta el balanceo, estoy horas haciéndolo.
Y ahora chillo porque pasa una moto y es un ruido horrible, me duelen los oídos, y sigo chillando porque no quiero oir ese ruido. Mamá me acaricia y me tapa más los oídos, pero no quiero moverme, no sé qué quiero… No entiendo nada.
Estamos en el circo, estoy contento, veo payasos y animales, pero sale una señora cantando con un acordeón y entonces empiezo a gritar. Mamá me saca fuera, todas las cabezas se han vuelto para mirarme ¿por qué me miran?
Me gusta echarme la arena del cubo en la cabeza, otros niños me hablan pero no les entiendo. Prefiero estar solo, y alinear coches, y tirar de la hoja del libro de dibujos hasta que se separa del cartón. Me gusta abrir el grifo y ver cómo el agua llena el lavabo y cae hasta el suelo. No entiendo por qué mamá está enfadada, se pone fea, arruga la cara.
Cuando veo una foto digo Cristian, porque el de la foto soy yo, y puedo decir el nombre de los primos y de mis hermanos. Y cuando quiero algo lo pido. Hablo lo justo y no entiendo por qué me preguntan. Se me quedan mirando y no sé qué decir, si todos saben cómo me llamo, si saben lo que he comido en el cole, si saben cómo estoy y lo que quiero. Solo hablo cuando quiero algo.
¿Por qué sonríes mamá? Acabo de venir de la piscina con papá, hemos nadado 100 largos y me pongo unas aletas en los pies. Y en casa papá me dice: “Cuelga el bañador” y yo he abierto la bolsa y he colgado la toalla y el bañador, y mamá me ha hablado: “Vacía el lavaplatos” y he puesto cada plato en su sitio, todo perfecto. Me gusta hacer tareas.
Desde que entiendo lo que me dicen, mamá, papá y todos están más contentos. Me dejo besar y abrazar, y pido cosquillas… pero a veces ¿eh? Que tanto, tanto, no me gusta.
En fin, me he intentado meter en la cabecita de Cristian, que apenas habla con su autismo, pero entre todos le hemos ayudado a entender el mundo para que sea más feliz.
Ánimo a los papás de los pequeños, que con paciencia, con impaciencia, con desesperación y sobre todo amor se avanza mucho.
Original cambio de punto de vista sobre el autismo, al ser la persona que padece el síndrome quien nos habla y nos puede explicar sus sensaciones y pensamientos, siéndonos normalmente inaccesibles y haciéndonos una revelación de los mismos. Pedro Vázquez.
Desde un estilo sencillo pero emotivo, la autora nos introduce en la mente de un joven autista que, tras grandes esfuerzos tanto de su familia como propios, se ha ido adaptando a la laberíntica realidad que le circunda. Mª Luisa Verdejo.
Entender… es el camino más arduo y más fascinante, para nosotros… y para ellos.
Bonito relato, Ana
Con amor y compasión se cierra el círculo de la comprensión y nos ayuda a expandir nuestra consciencia.
Muchas gracias Ana por reunir en un relato tan candoroso todos estos ingredientes.
Felicidades Ana, me ha encantado no sólo por el ejercicio de introspección sino por el de difusión; es muy difícil entender el autismo pero aún más difícil es hacérselo entender a los demás. Un abrazo. Javilo.
Siempre te he admirado, por tu paciencia, por tu entereza, por tu amabilidad, tu disposición, porque tienes 2 hijos más, porque nunca te he visto quejarte, y sobre todo … por tu sonrisa.
NeNa
me ha encantado Ana !!!!.
Un beso, Pia