Este es el relato ganador, premiado por el Jurado en la Modalidad B, de la II edición del concurso Cuéntame el Autismo.

No se quién puede haber sido, pero yo desde luego que no, porque, aunque creo en los Reyes, nunca he sido monárquica. Pienso que más bien habrá sido Tere, la señora que limpia nuestro apartamento y que ha hecho muchas migas con él. Llama a la puerta para que salga y le deja llevar el carro, que él mueve a velocidad vertiginosa por el rellano; le guarda los botes de spray vacíos, para que juegue con ellos en la ducha; le trae bolsas de gusanitos, chuches…

El caso es que la otra mañana, cuando menos me lo esperaba, me dijo, mirándome muy fíjamente, “Reyes Magos”, “jubetes”… y me quedé pasmada. Claro, enseguida le espeté… “hombre, si te portas bien, algo te traerán…porque los Reyes traen regalos solo a los niños que son buenos…” y él, ni corto ni perezoso, se lleva la mano a la boca y dice “mien”, haciendo gesto de cerrar y abrir los dedos frente a los labios, como el que explica que algo está divino de la muerte….

Desde entonces a hoy, que es la mañana de Reyes, han pasado cinco días. Primero fue mi madre, luego mis hermanos y mis sobrinos… todos le han preguntado “¿y qué te vas a pedir?”… “Bici azul” dice él, y volviéndose a llevar la mano a los labios, la abre, como quien tira un beso, y dice “mien”… vamos que ya ha comprendido que, si se porta bien, habrá bici azul por Reyes.

La casa de mi madre ha vuelto a florecer de risas y expectación. Él corre por el pasillo que se las pela, dando todas las luces, entrando, en el momento que nos descuidamos, en los cuartos de baño con el objetivo de abrir los grifos, que algunas veces consigue con el consiguiente despiporren del personal que se parte el culo al observar la rapidez funcional del mozo en cuanto a elementos sanitarios, su manejo y las posibilidades inmediatas de inundación (que muchas veces se cumplen).

Las imaginaciones acerca de la bici azul han sido fomentadas por sus tíos y primos, y sobre todo por su abuela que es de lo más propia para encandilar a menores, no solo por los cuentos e historias que les cuenta, periodos en los que el menor presta tanta atención que apenas se le oye respirar, sino también por la forma de cogerle la mano entre las suyas, la forma de freirles las croquetas, los libritos… de sacar de la despensa sus paquetitos de galletas preferidos….

En fin, la bici azul ya tiene historia en mi casa. Mi hermana mayor le enseñó un pequeño movimiento con las muñecas y los brazos, como el que lleva un manillar, pero que él realiza con una gracia especial, balanceando todo el cuerpo mientras murmura “bici” a media lengua, “mién”, soltando el manillar con la derecha y llevándosela a la boca… mientras todos los presentes se desternillan de risa.

De los accesorios “bicicletiles” ni que decir, ¡claro!, “cas…co”, llevándose las dos manos a la cabeza como si se calzara un gorro enorme, “dodi…lledas”, llevándose ambas manos a las rodillas, mientras nos mira fijamente con su cabeza bien levantada hacia nosotros… “co…dedas”, mientras se da golpes firmes en ambos codos con la mano contraria, y por supuesto, “mo…chila” llevándose las manos a los hombros y, con movimientos muy rápidos, haciendo como si se colgara una mochila y fuera a salir rapidísimamente cargado a la calle, a hacer algún mandado…

Bueno, qué vamos a decir de cómo ha sido esta integración tan poco usual, que al principio a todos impresionó y al final se ha convertido en unos días navideños divertidísimos en una casa donde hace ya más de quince años que no había niños pequeños.

Por supuesto nuestras rutinas han sido incrementadas con el toma y daca de si te… los reyes te traerán una… , frases que él continúa con “mién” y “bici azul” y sus consabidos movimientos gestuales. Tengo que reconocer que me ha servido de mucha ayuda este chantaje ya que, a pesar de que el sol nos ha acompañado a diario, con temperaturas maravillosas que no han bajado de los trece grados, hemos tenido algunos días de mucha ansiedad, gracias a una muela que anda rompiendo la encía, un poco de faringitis, y el aire, que es tan habitual en levante, el aire del mar, pero que a él lo desestabiliza sobre todo cuando sopla fuerte… y se pone de los nervios.

Hoy será la prueba de fuego, iremos a buscar la bici azul a mediodía, ya que todos quieren verle la cara de felicidad que va a poner cuando tenga en sus manos realmente ese manillar tan soñado y esos accesorios mentalmente utilizados tantas veces desde que empezó el año.

Creo que va a ser una comida de reyes memorable…La mañana desde luego lo está siendo, nervioso desde que se levantó, no hace más que dar saltos por la casa y, de vez en cuando, venir a coger mi cara entre sus manitas y, con una sonrisa enorme, repetir mirándome a los ojos, “bici azul”…

Valencia, Viernes 6 de Enero de 2012

 

 

 

 

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