He elegido dibujar un arco iris por la cantidad de colores que contiene, porque su combinación da lugar a muchos y diversos colores.
Porque un arco iris puede ser un puente que nos transporta a otro punto, donde quizás nunca antes habíamos llegado, o donde un día soñamos llegar.
Por su mágico modo de aparecer y desvanecerse, por la sonrisa que genera cuando lo vemos y más aun cuando lo compartimos.
Porque nos ilumina siempre después de la tormenta.
Porque hace mucho que disfruto pintando pequeños arco iris que hacen la vida un poquito más fácil a niños con autismo y a sus familias.
Y porque ellos, también han dibujado muchos arco iris para mi…
Con un toque de Rojo, uno de los mas sabios aprendizajes de la vida, disfrutar de los pequeños logros cotidianos, ser feliz con las pequeñas cosas.
De Naranja, dejarse atrapar por el proceso, disfrutar del viaje y no solo del resultado final.
Una pincelada de Amarillo para ser mas tolerante, abierta, comprensiva.
De Verde, confiar, soñar, intentar, arriesgar!
Un brochazo de Azul, para cultivar la paciencia, la calma y la positividad.
De Azul oscuro, aceptar la tormenta, toda dificultad tiene una finalidad.
Un trazo de Morado para recordar a la niña que hay en mi, conservar un poco de la inocencia infantil.
Es curioso como pintar un arco iris para alguien resulta ser un bonito proceso de crecimiento conjunto. Así te das cuenta de que todos y cada uno de nosotros, sin importar cuales sean nuestras cualidades y nuestras dificultades, nuestra edad, nuestra procedencia, nuestras creencias…todos tenemos nuestra propia paleta de colores para componer diversos arco iris. Y a medida que nos vamos encontrando vamos dándole distintos colores a nuestras vidas y a las de otros, y ellos van a su vez poniendo sus colores en las nuestras. Así vamos, construyendo el uno con el otro, arco iris que nos transportan a nuevos lugares, incluso a lugares ya visitados que habíamos olvidado, o simplemente los pintamos por el sencillo placer de hacer algo juntos.
A veces, sentada debajo del arco iris, sueño que todas las personas son capaces de ver lo que yo veo cuando estoy con un niño, un adolescente o un adulto con autismo. De sentir lo que yo siento, de disfrutar del mismo modo que yo, que son capaces de contemplar a la persona y dejarse cautivar por esos detalles, en ocasiones invisibles a primera vista.
He comprendido que no todo el mundo tiene la misma facilidad para ir mas allá de lo visible. Por eso hace un tiempo que también dibujo muchos más arco iris a mi alrededor, para que otras personas en este mundo, sean capaces de observar y disfrutar de los colores que las nubes algunas veces ocultan. Porque es cierto que, no siempre es fácil ver el arco iris a primera vista, y necesitamos que otros nos señalen donde está, para entonces poder maravillarnos con su descubrimiento. Porque una vez que conseguimos ver el arco iris… sonreímos y compartimos sus colores.
Felicitacuiones Laura!! es un relato maravilloso!. Soy colombiana, vivo en Ipiales – Nariño y soy mamá de un niño de 2 años a quien le diagnosticaron TEA. Este tipo de lecturas nos da el ánimo para seguir adelante y luchar por nuestros niños; para que la sociedad acepte la diversidad sin condiciones ni reproches.
Que Dios ilumine su camino y su habilidad para transmitir dia a dia sonrisas y buenos sentimientos en estos pequeños e indefensos niños que no son mas que puro amor y corazon.
Un fuerte abrazo.
Muchas gracias por tus palabras Carolina!