Esta acreditación reconocería la condición de discapacidad a sus titulares en cualquier parte de la Unión Europea y otorgarles, por tanto beneficios en ámbitos como en transporte, cultura y ocio.
Fuente: servimedia
Así se desprende de una respuesta parlamentaria ofrecida por Mariane Thyssen, comisaria de Empleo, Asuntos Sociales, Habilidades y Movilidad Laboral, a una pregunta formulada por Mariane Stevens, del Grupo de Conservadores y Reformistas Europeos (ERC).
En su pregunta, Stevens quería saber, por ejemplo, cómo y cuándo piensa la Comisión introducir una tarjeta europea para las personas con discapacidad y qué derechos otorgará el documento.
A este respecto, la respuesta parlamentaria de Thyssen señala que la Comisión tiene previsto hacer un llamamiento este verano a los miembros del grupo de países que estudia actualmente las posibilidades de implantar esta tarjeta para que apoyen su puesta en marcha.
La tarjeta implicaría, según la misma fuente, el reconocimiento mutuo voluntario de la condición de discapacidad y los derechos conexos en un número de áreas que decidirían los Estados miembros y otorgaría beneficios en ámbitos como la cultura, el ocio, el transporte o el deporte.
Eso sí, puntualiza la explicación de Thyssen, este documento europeo no suplantaría nunca la potestad de cada Estado para otorgar la condición de discapacidad a sus ciudadanos, sino que reconocería esa situación.
Y serían los Estados miembros los responsables de la expedición de la tarjeta y, por tanto, de decidir a quién se la otorgarían y a quién no, utilizando la definición nacional de discapacidad.