Un padre retrata en un foto diario la vida de su hija con TEA.
Fuente: 20 Minutos
Leon Borensztein pensaba que tendría un niño, por eso compró ropita de bebé azul. Con la llegada de la niña se volcó y se dedicó a hacerle fotos desde el minuto uno de vida. Una nueva vida que llegaba con algunos imprevistos: a los 3 años los médicos empezaron a realizarle a Sharon varios diagnósticos, entre ellos TEA.
Todo un reto para una familia que de tres miembros pasaba a dos, a ser monoparental, debido a que la madre se refugió en el alcohol y las drogas. Así, Leon y Sharon fueron de la mano y un excelente reflejo de sus vivencias y sentimientos es el libro que ha editado con una selección de cerca de 100 fotografías.