El comportamiento de los niños y niñas, tengan Trastornos del Espectro del Autismo o no, puede convertirse en una gran preocupación tanto para los padres como para los profesionales que trabajan con ellos.
Hoy compartimos con vosotros 10 consejos, extraídos de un artículo del Neurobiólogo José R. Alonso, en relación a los problemas de comportamiento de los niños y niñas. Os daréis cuenta que la gran mayoría son aplicables a cualquier niño, tenga o no tenga un TEA.
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El comportamiento es frecuentemente una forma de comunicación. Cualquier comportamiento tiene una razón de ser. Un muchacho con TEA puede usar un mal comportamiento como medio de comunicación, porque no entiende lo que está pasando o para expresar su frustración cuando las cosas no son como él espera o desea.
- No respondas a un mal comportamiento portándote mal. Tenemos que pensar nuestra respuesta, actuar de forma calmada y no reaccionar aumentando su ansiedad o su enfado. Tampoco debemos responder con lo que sería una recompensa a ese comportamiento erróneo como por ejemplo poniéndole su serie favorita en la televisión. Lo ideal es enseñarle a cambiar ese comportamiento por otro que sea aceptable.
- En caliente no está en su mejor momento. No intentes imponerle una disciplina o corregirle cuando está enfadado, distraído, sobreestimulado, encerrado, ansioso o en cualquier otro estado emocional donde su inestabilidad en ese momento le impida interactuar contigo.
- No solo la letra, también la música. Recuerda que reacciona tanto al tono de tu voz como a lo que le estás diciendo. Si le gritas, puede oír el volumen, el tono o el enfado que sientes pero no entenderá las palabras y por tanto no sabrá que es lo que ha hecho mal, con lo que puede aumentar la frustración de los dos. Habla en un tono suave y agáchate junto a él para estar a su altura y facilitar esa comunicación.
- La seguridad es lo primero. Que esté seguro, que no escape corriendo, que tú puedas seguir conduciendo con tranquilidad, es siempre prioritario. Si el problema es en el sitio donde estás, sal de allí, si necesitas pedir ayuda a un desconocido, no lo dudes, hay mucha gente maja por ahí.
- El mal comportamiento es un mal aliado. No lo veas solo como un elemento disruptor de la vida en familia sino afróntalo como algo que tiene ramificaciones en muchos aspectos. Hay que pensar también que el mal comportamiento no solo hace que la vida familiar y escolar sean menos agradables sino que también interfiere con los procesos de aprendizaje.
- Haz un seguimiento al mal comportamiento. A veces ayuda anotar cuáles son las circunstancias en las que aparece un “mal” comportamiento: qué personas tomaron parte, a qué hora era, en medio de qué actividad, cuáles fueron los posibles detonantes… La esperanza es que surja un patrón que nos ayude a irlo corrigiendo.
- Explora si hay varios sentimientos mezclados. Puede que te diga que estaba enfadado y eso era evidente pero quizá también estaba asustado, ansioso, celoso, frustrado, triste… Cuánto mejor entiendas las cosas, más fácil será corregirlas.
- Ningún niño desea portarse mal. No hay satisfacción en un mal comportamiento ni tampoco en tu respuesta. Jamás pienses que existe una mala intención. El niño no quería sufrir una rabieta, mostrar su enfado o de cualquier otra manera alterar tu clase. No lo hace bien pero no hay maldad.
- No asumas que el niño entiende las reglas. De hecho, no des nunca nada por evidente, claro o bien conocido. Puede que te oyera pero quizá no se enterara. Quizá ayer entendió lo que esperabas de él pero aunque hoy para ti sea una circunstancia similar para él puede que pesen más las diferencias y no asume que debe actuar de la misma manera.
Esperamos que estos consejos os sean de utilidad. Podéis encontrar más información interesante en el blog personal de José R. Alonso UniDiversidad. Observaciones y Pensamientos.