Durante la V Jornada Autismo Madrid Sur se abordó el tema de la intervención con alumnado adolescente con TEA desde la Educación Especial, de la mano de Luis Pérez de la Maza, Director del Colegio AUCAVI.
Se plantea la intervención con alumnado adolescente con TEA desde la Educación Especial, la otra modalidad educativa que existe en nuestro sistema educativo al día de hoy.
La etapa de transición a la vida adulta formalmente tiene un rango de edades de los 16 a los 18 años con la posibilidad de un año de permanencia al igual que en todas las etapas educativas.
A nivel nominativo en la documentación de la normativa nos marca un tope de 20 años pero realmente si vamos acumulando el año de permanencia en la etapa de infantil, en la etapa de educación básica obligatoria nos alarga la escolarización hasta la edad de 21 años. Un hecho positivo en cuanto a la provisión de apoyos y en la realidad de conseguir que las personas con TEA, que tienen un proceso de aprendizaje continuo, alarguen su etapa de escolaridad.
La normativa nos define tres ámbitos de intervención:
- Autonomía personal en la vida diaria.
- Integración social y comunitaria.
- (Orientación y formación laboral)
Este tercer ámbito aparece entre paréntesis porque la normativa también nos da la opción de que los equipos docentes puedan abordarlo ó no, en función de las necesidades y características de la población con la que trabajemos en el centro.
Es la única etapa que ofrece una certificación oficial, no una titulación.
Nos habilita para hacer prácticas laborales en el símil con los ciclos formativos FCT (la formación en centros de trabajo), no es sólo una experiencia puntual, innovadora que podemos hacer desde los centros, sino que explícitamente en la normativa hay una regulación que permite que nuestros chicos tengan experiencias de trabajo y a las entidades que nos acogen tengan una pequeña remuneración simbólica.
En la organización del centro se destaca la dotación de aula que se duplica.
A nivel formal el aula lo lleva un tutor junto con un maestro de taller, la realidad es que en el ámbito de los alumnos con Trastorno del Espectro del Autismo la absoluta generalidad de todos los centros de la Comunidad de Madrid a ese maestro de taller se ha pedido una habilitación para que sea un segundo maestro de educación especial. En la mayoría de los centros se busca que esa persona tenga también un perfil profesional que pueda orientar hacia el desarrollo de tareas propias de los talleres que tengamos implementados en el centro.
El marco formal y normativo explícitamente nos da la opción de individualizar, nos exige que tenga una orientación funcional y nos permite un carácter abierto en esta etapa para lo que es el trabajo con nuestros alumnos.
Los objetivos que plantea la etapa en ese sentido son también absolutamente globales, es bastante difícil de implementar en dos años, como máximo tres.
Porque hablamos de:
- Mantener las capacidades a nivel cognitivo y de aprendizajes de las etapas anteriores.
- Participación funcional en todos los contextos vitales.
- Mantener los conocimientos instrumentales.
- Habilidades propias del cuidado personal.
La etapa de la ADOLESCENCIA en sí misma es un problema
Teniendo en cuenta la cita de Ángel Díaz Cuervo.- “Adolescencia en sí misma debería ser catalogada como una patología”.
No hablamos de comorbilidad asociada al trastorno sino a la edad. Tenemos un trastorno de espectro del autismo y una adolescencia; la combinación es muy compleja. Hay un desarrollo sexual, un pico de desarrollo social y es una etapa de la vida en la que la autonomía y la independencia personal cobra muy especial significación.
La experiencia que tienen nuestros alumnos habitualmente es de un fracaso continuado, una dependencia sostenida a distintos niveles (tanto a nivel familiar como a nivel social, a nivel de recursos y posibilidades). Tenemos un reto muy grande para todas las partes implicadas: la familia, los centros y lo que es el contexto social.
Es importante destacar el desarrollo de la identidad personal, hablamos de personas que tienen graves problemas de comunicación, de funcionamiento cognitivo y todo este proceso se complica en esta etapa: cómo se produce, cómo se sobrelleva y se supera será una clave muy relevante para lo que es el futuro de nuestros alumnos.
¿Cómo abordamos desde nuestro centro los tres ámbitos de intervención?
En el modelo transicional a la vida adulta que planteamos desde nuestro centro abordamos los tres ámbitos que define la normativa desde las áreas de actividades y participación que constituye nuestro Currículum adaptado, tomado de la CIF (Clasificación Internacional del Funcionamiento y la Discapacidad y la Salud).
Concretamos tres ámbitos de intervención:
- Ámbito de Formación: Educativo/Prelaboral
- Diferenciamos en la formación el ámbito Educativo y el Prelaboral
- Dentro del Educativo el acceso al ámbito Digital
Nuestros hijos no pueden estar fuera del contexto digital, porque es en el que estamos todos.
- Ámbito de Actividad Física.
- Tenemos una grave carencia porque los centros de educación especial y los específicos de Autismo no tenemos la dotación de especialistas en educación física.
- Ámbito de Vida Autónoma.
Estos contenidos se refuerzan dentro de la etapa de forma diferencial respecto al cole con actividades extraordinarias:
En el ámbito de la formación tenemos a lo largo del curso de forma variable entre tres/ cinco experiencias de participación e integración en centros ocupacionales; para este curso estamos planteando participar en varias empresas, de tal forma que puedan tener ese pequeño acceso inicial, garantizando saltos menos bruscos.
En el ámbito de la actividad física planteamos actividades que se corresponden un poco con los perfiles, tanto sensoriales como cognitivos de nuestros alumnos
En el ámbito de vida autónoma la actividad principal es la estancia en una casa adaptada.
ELEMENTOS VITALES EN EL PLANTEAMIENTO
La autoestima= crítica e importante, precisa ser mejorada.
La autoestima de nuestros alumnos, está absolutamente dañada, en distintos momentos por distintos motivos; pero es absolutamente crítico y en esta etapa es inexcusable abordarla de forma explícita y que tengan experiencias reforzadoras a todos niveles.
La familia= tiene un rol muy destacado, tenemos que incorporarlos, hablar de la posiciones de futuro y de las posibilidades que no podemos olvidar.
La individualización= es un principio de intervención que no admite discusión.
La participación= activa y significativa para la persona.
Que sienta que participa realmente de su vida.
Todo esto siempre interconectado en un contexto de intervención y participación con la comunidad.
A nivel laboral, el salto es absolutamente ajustable a las características de cada chico, dentro del ocupacional tenemos otras respuestas.
Aquí estamos dando una respuesta absolutamente insuficiente, a nivel social, global las administraciones y las entidades.
Las entidades hacemos todos los esfuerzos pero el ámbito de los adultos es muy lejano está muy poco dotado y hay muchísimos menos recursos; entonces claramente este es nuestro paso pendiente.
Lola Fuente Casado