En la página espectroautista.info hemos encontrado este artículo que consideramos puede dar lugar a un cambio de impresiones sobre la palabra Trastorno (del Espectro del Autismo)
Mo’ámmer al-Muháyir Editor y traductor con Síndrome de Asperger
Luego de haber leído y traducido algo de la terminología disponible en inglés y español para designar los padecimientos del Espectro Autista, estoy convencido que la denominación “Trastornos” del Espectro Autista (TEA) es semántica y etimológicamente incorrecta.
El sufijo “torno” tiene un significado cinético (giro, que en el uso actual del término es figurativo), y desglosada la palabra se revela inexacta, tanto por su uso actual como por su etimología: tras-torno (luego del giro), hace referencia al estado en que queda una persona luego de dar vueltas sobre sí mismo. El significado etimológico es “mareado”.
El autismo no se disipa como un mareo, ¿verdad?
La denominación tras-torno implicaría un estado previo de calma y equilibrio que nunca existió, una etapa previa de ausencia del “trastorno”, y de una etapa posterior de disipación del “trastorno”. Estas dos etapas no existen, puesto que el cerebro el autista adopta esa condición desde el desarrollo fetal y la persona convive con ella toda la vida.
Por consiguiente, decidí no volver a utilizar la palabra “trastorno” en mis escritos y traducciones, y los convoco a hacer lo mismo. No es que me cueste reconocer que soy un discapacitado mental, porque ciertamente lo soy. Sucede que el verdadero significado de las palabras es el etimológico, en eso consiste la función de un lenguaje hablado, ya que las lenguas declinativas evolucionan en lenguas aislacionistas durante su relajación, que a su vez derivan en lenguas aglutinantes para evitar la pérdida de significados, para volver a evolucionar en lenguas inflexivas o declinativas (más detalles en Las lenguas humanas y sus orígenes).
El uso consuetudinario que se le da popularmente a las palabras y que las desvinculan de su origen etimológico (usar las palabras “como suenan” y por costumbre), atenta contra la riqueza de sus significados, y debe ser descartado por el hablante y pensador de un idioma, muy especialmente por quien estudia una ciencia y participa en la construcción de un lenguaje técnico propio de una disciplina específica.
La atribución de significados a una palabra no basados en la etimología, empobrece el orden jerárquico de las familias de palabras pertenecientes al idioma, orden que está basado en una coherencia y relación recíproca entre significados y fonemas que sintetiza el entendimiento del espíritu humano. Por consiguiente atentar contra ese orden, termina degradando la capacidad lógica y cognitiva de quien habla ese idioma (como sucede con los angloparlantes), puesto que pensamos en palabras para comprender el mundo que nos rodea.
Etimológica y semánticamente la palabra “trastorno” no es correcta. Los autistas no somos personas “trastornadas”, sino condicionadas por el desarrollo anómalo de nuestro cerebro, es decir, limitadas.
Condiciones del Espectro Autista (CEA), entonces, es una denominación mucho más correcta y específica, y sirve mejor a los fines de la construcción de un lenguaje científico útil, semánticamente coherente y exacto en neuropsiquiatría, que facilite la comprensión del conocimiento acumulado y la formulación de nuevas teorías
Me alegro muchísimo de que hayan encontrado interesante y útil mi artículo.
Por cierto, les escribo por lo siguiente: hace poco culminé la traducción de un artículo académico de prensa publicado por un investigador de la Universidad de Yale, Kevin A. Pelphrey, titulado «Acotando la heterogeneidad: el ‘cerebro social’ en el Espectro Autista». En él se divulgan los últimos descubrimientos en este campo, demostrando que existe una estructura neuroanatómica llamada sulcus temporal superior posterior derecho, que es la responsable por la detección del movimiento biológico particularmente de los rostros, y que en personas del espectro autista esta estructura sufre de ‘baja conectividad’.
Produje dos traducciones: una versión académica con la terminología original en latín, y otra versión popular con una traducción integral de todos los significados.
Hasta donde sé, es la única traducción disponible al español de este artículo académico, que es algo extenso y contiene cuadros e imágenes.
Estoy seguro de que esta traducción sería de mucha utilidad para estudiantes, profesores universitarios, y páginas de divulgación científica, el problema es que no sé cómo ni dónde contactarlos, ni dónde publicar la traducción para ponerla a disposición del público.
¿Tienen idea ustedes de quién y dónde pueden necesitarlo? ¿Quieren ustedes una copia de ambas versiones, y publicar alguna en vuesta página web?
Aquí les dejo un vínculo directo a la versión que publiqué en Facebook:
http://www.facebook.com/notes/mo%C3%A1mmer-al-muh%C3%A1yir/traducci%C3%B3n-acotando-la-heterogeneidad-el-cerebro-social-y-su-desarrollo-en-el-es/10150892455266547
Por cierto, les confieso que he pasado por una horrible y angustiante experiencia escribiendo esta carta a ustedes, porque cuando había terminado de redactarla completamente, abrí en otra pestaña mi Facebook para obtener el vínculo al artículo y cuando volví a vuestra página a pegarlo, descubrí con horror que el editor de texto había borrado completamente mi carta. Al parecer, si comienzas a escribir y luego haces click fuera del campo de escritura, todo lo que hayas escrito se borra automáticamente y no queda copia de ello. Razón por la cual entré en una crisis de nervios porque le estaba quitando tiempo a mi trabajo para escribir esta carta, y llegó mi esposa a rescatarme, escribiendo una segunda versión en un block de nota, a mi dictado.
Les aconsejaría encarecidamente por el beneficio de vuestra página corregir este error o cambiar completamente el editor de textos. Si descubren que la gente lee vuestras publicaciones pero no las comenta, ya saben por qué es.
Quedo a vuestra disposición.
Mo’ámmer al-Muháyir.