Ofrecemos a continuación un artículo del Curso Autismo ¿Epidemia del siglo XXI? en el que ha participado nuestra Presidenta, Mª Dolores Enrique Miranda.
Información de El Confidencial.
Los Profesionales reivindican su visibilidad en el sistema nacional de salud.
Alejandra Abad (El Escorial) 15/07/2011
Dado el brutal aumento de casos de TEA en los últimos años, cuya prevalencia ha trepado desde cuatro de cada 1.000 personas hasta uno de cada 110 en las últimas décadas, conviene prestar la atención adecuada a este trastorno que, en EE.UU., ya afecta a mas gente que el SIDA y el cancer infantil juntos.
En España no hay una cifra exacta de casos de TEA pero el Dr. Joaquín Fuentes Biggi, Jefe del servicio de psiquiatría infantil y adolescente del Policlínico de Guipúzcoa, estima que «debería haber mas de 25.000 niños de 2 a 18 años tratados en España si se aplicara a todo el Estado el patrón de Guipúzcoa». Sin embargo este especialista duda de que haya mas de 5.000 niños siguiendo un tratamiento.
Y es que, en muchos casos, el diagnóstico es difícil, una situación que han denunciado los profesionales sanitarios del sector esta semana en el curso «Autismo ¿Epidemia del siglo XXI?» organizado por la Universidad Complutense de Madrid en el Escorial. En él, han participado algunos de los expertos en TEA mas destacados de España, junto con las asociaciones de familiares de afectados, y todos han coincidido en destacar la necesidad de implantar un protocolo de diagnostico temprano.
Para ello, familiares y médicos deberían saber percibir los síntomas que indican que el niño puede sufrir TEA antes de que sean los docentes quienes detecten las carencias del desarrollo. Empezando temprano, las cosas cambian, no siempre ni para todos, pero cuanto antes arranque el tratamiento antes se atajará el autismo, explicaba Fuentes en El Escorial. De hecho, recordaba, el 46% de los diagnosticados a los 36 meses no lo fuerona los 24, una deficiencia del sistema sanitario que puede suponer un enorme coste social.
Derecho a la salud, como todos los demás
En e curso se trataron además los problemas que tienen las pesonas que padecen TEA para acceder a los recursos sanitarios básicos, tales como el médico de cabecera. Para una persona con autismo acudir al centro, esperar en una sala llena de gente, e ir cambiando de despacho en despacho visitando a los diferentes especialistas puede ser una auténtica tortura.
Para complicar mas las cosas, como añade Mª Dolores Enrique, Presidenta de la Federación Autismo Madrid, estos pacientes muchas veces no reconocen el dolor y, si lo hacen, tienen muchas limitaciones para expresarlo. Todo esto conlleva que en multitud de ocasiones no se traten enfermedades normales o asociadas a su patología.
Pensando en eso, el Hospital Universitario Gregorio Marañón de Madrid puso en marcha en abril de 2009 el Programa de Asistencia Médica Integral para personas con TEA (AMI-TEA) cuya intención es cubrir todas las necesidades asistenciales de esta población y garantizar su derecho a una sanidad pública.
Así, los niños con TEA que acuden a este centro son atendidos por especialistas previamente formados para interactuar con ellos, no tienen necesidad de moverse y disponen de todas las facilidades posibles. El programa ha atendido ya a 636 pacientes con resultados, en algunos casos, sorprendentes.
La Dra. Mara Parellada, responsable del programa, ilustró este tipo de sorpresas con e ejemplo de oftalmología, ya que, normalmente no es fácil detectar si un niño con autismo ve correctamente o no. Cuando se plantearon as revisiones oftalmológicas para los pacientes con TEA, los médicos pensaban que a la mayoría no se les podría evaluar el fondo de ojo, pero al hacerlo, comprobaron que de hecho se les puede ver a la mayoría. Incluso a algunos se les puede medir la agudeza visual y ponerles gafas si es necesario, se congratuló.
Para ayudar a que este programa se desarrolle correctamente es fundamental la figura del gestor de casos, un enfermero que coordina todos los tratamientos del paciente y facilita las consultas haciendo, por ejemplo, que se concentren todas en un mismo día o que los resultados se puedan facilitar por teléfono para evitar un nuevo y farragoso viaje al paciente.
Dolores Enrique, en nombre de Autismo Madrid, apoyó también esta idea, porque en su opinión, hay una gran falta de seguimiento global del desarrollo del niño. Por eso es conveniente que una persona concreta conozca y maneje su historial y sepa a qué especialistas enviarle. Los trastornos alimenticios que sufren los niños con TEA, por ejemplo, son distintos de los del resto de la población y eso debería saberlo el médico, reivindica.
Los trastornos del espectro del autismo son enfermedades del cerebro condicionadas genéticamente e influidas por factores ambientales, aunque nunca se sabe a ciencia cierta en qué medida interviene cada uno de estos agentes. Las personas con TEA sufren, en general, retrasos en el aprendizaje y en la maduración mental, alteraciones en sus habilidades de comunicación y lenguaje y graves limitaciones en su interacción social.