En respuesta a la pretendida reforma del Sistema de Dependencia anunciada en el Consejo Territorial para la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia, la Federación Asperger de España desea hacer públicas las siguientes consideraciones:

Estamos radicalmente en contra de la discriminación que para nuestro colectivo, las personas con síndrome de Asperger y otros trastornos del espectro autista, supone la reformulación que se pretende hacer de los acuerdos y consensos urdidos con tanto esfuerzo durante los últimos años y que se manifiesta, una vez más, en recortes para las personas más vulnerables y con menos capacidad de defensa. El objetivo implícito que se pretende es dejar de atender a aquellas personas que lo necesitan con la excusa de que “su grado de afectación es menor” transformando el sistema de protección social en un modelo de caridad que nos retrotrae a tiempos lejanos y, pensábamos, ya superados. ¿Cómo conseguir esto? Muy sencillo: Tomándose la administración, como dice la nueva ley, dos años para decidir sobre la concesión de la prestación a la persona preceptora. Esta burla intolerable nos conduce a una verdadera eutanasia social a la que no vamos a asistir impasibles.

 

La dejación de funciones del Estado y del resto de Administraciones Públicas trae como consecuencia inmediata que la única atención que reciban las personas con SA y otros trastornos del espectro autista de alto funcionamiento proceda de la solidaridad entre familias, mediante la creación de servicios propios costeados con unos sueldos y pensiones familiares cada vez más exiguos. Sin embargo, no podemos asumir su mantenimiento si a nuestros hijos/as no se les valora en un plazo éticamente justificable y, cuando se hace, ello constituye una herramienta para expulsarles indefinidamente del sistema por el gravísimo pecado de ser dependientes moderados.

Resulta, por tanto, inadmisible el abandono a su suerte de tantas familias que se desviven por proporcionar a sus familiares algún tipo de oportunidad en la vida.

Rechazamos frontalmente la reducción de las prestaciones económicas (ya, de por sí, escasísimas) que hasta ahora se percibían, ya que son la única ayuda que reciben sólo algunas de las personas con síndrome de Asperger. A esto se une que no pueden acogerse a servicios de promoción de autonomía personal, centros ocupacionales o residencias que, aunque no sean los más apropiados para ellas, supondrían una posibilidad de salir del encierro y aislamiento de sus casas.

Es por ello que, en consonancia a lo manifestado por el CERMI, CEOMA y UDP, entre otros, exigimos la apertura de un proceso de diálogo, consensuado y razonable, donde esté incluida la opinión de todos los destinatarios de dicha ley a través de todas sus asociaciones representativas.

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