Vuelve de nuevo el concurso CUÉNTAME EL AUTISMO…. y han pasado muchas cosas en un año, y me ha cambiado mucho la vida en el transcurso de él. Y tengo una fecha que marca mi vida desde hace muchos años el 2 de abril, que me recuerda que es el día mundial del autismo, para que nos acordemos de ellos, siempre.
Y ese día significa muchas cosas, es un día para recordar toda una vida cerca de una gran persona, mi hijo, al que un día le colgaron la etiqueta de AUTISTA, y esa etiqueta, me ha llenado de tantas lágrimas, sueños frustrados, dolor, desesperanza, dudas, miedos, enfados, amargura….
Quizás durante muchos años no ví el camino a seguir, y me aislé del mundo. Prefería lamentarme de mí misma, de mi pena, de mi dolor, de mi DESGRACIA. Y entonces un día mirando a los ojos de mi hijo, cambió todo ese paquete en el que se había convertido mi vida y lo transformó, lo cambió por las cosas más bellas: me llenó de sonrisas, de besos, de risas, de tardes de música, de sueños, de esperanza.
Tal vez continué con mis dudas, y mis miedos, pero quién no los tiene por este dulce camino de la vida, por el que no podemos pasar de puntillas. Lo malo sería que ese miedo me paralizase, y me impidiese caminar.
He conocido gente magnífica, en ese largo camino, que me ha enseñado a ver la DESGRACIA DE TENER UN HIJO CON AUTISMO, para ver la GRACIA DE TENER UN HIJO ESPECIAL, y ese es el gran paso, poder ver esa oportunidad. No me considero mejor que ninguna otra madre, NUNCA, pero sí sé que él me hace de alguna forma ESPECIAL, y eso es lo maravilloso de ellos.
Tardó meses en saber hacerse el lazo de la zapatilla, pero no lo ha olvidado, y eso me hace sentir bien, saber que todo ese trabajo, todo ese esfuerzo que empleamos en ellos, no es en vano. A menudo estos niños olvidan las normas, olvidan las cosas que aprenden, y cada día hay que recordarles lo que aprendieron, porque tienden a olvidar fácilmente.
Aprendió a decir te quiero a los 19 años, y sólo me lo dice a mí, pero en realidad lo ha aprendido porque lo ha oído, como algo mecánico, y lo dice siempre en el mismo momento, a la misma persona, y en el mismo lugar. Pero a mí me encanta cuando me lo dice, aunque sé que no sabe expresar lo que dice, no importa, me bastan sus te quiero.
Le gusta besar, es cariñoso, obediente, no se queja nunca, hace todo sin rechistar. Cuando está bien, es alegre, siempre está riendo, y su risa llena todo, y es contagiosa. Llena cada rincón de mi vida con su SONRISA. Le encanta la música, es capaz de oír una canción y cantarla al minuto, memorizando la letra y la melodía. Es asombroso cómo lo hace, no sabe los números, pero si le das un disco, y lo oye varias veces, después es capaz de seleccionar la canción que más le gusta con los números. A veces te sorprende de su INCLEIBLE CAPACIDAD….
Lo más importante de todo es que sea FELIZ, que cuando yo no esté o su padre, siga siendo FELIZ…. Un día quise un hijo que fuera arquitecto, médico, músico, todo lo que sueña cualquier padre o madre. Después de su diagnóstico, quise que al menos aprendiera a leer, a escribir, y terminara primaria y secundaria. Después de tantos años, lo único que deseo es verle REIR, que continúe RIENDO, porque su risa me maravilla, me ENCANTA, me hace ver que todo lo vivido ha valido la pena, y que por lo único que volvería atrás es por mejorar lo que hice mal.
NADIE debería tenerme pena, ni a él ni a mí, porque no me siento desgraciada. Me siento como si alguien me hubiese dado la oportunidad de ENCENDER MI VIDA, de darle una LUZ ESPECIAL, y así me siento, y por muy duro que es este camino, ya no miro atrás, ya no pido un milagro que le cure, el MILAGRO lo tengo todos los días, cuando le veo, cuando siento que es querido por los demás.
Acepto las cosas como son, y cómo llegaron. Le acepto a Él, como ES, y le doy las GRACIAS por haberme dado la oportunidad de CONOCERLE, y el mérito, y que nadie se equivoque, siempre será única y exclusivamente de ÉL…. porque él ha hecho que yo sea como SOY…. Ha puesto mi mundo maravillosamente desordenado, y patas arriba….
María José López Manjón
madre de un hijo con autismo
El coraje de una madre que tuvo que resolver ella sola esta dificultad. Tomó decisiones con sentido común y lo más importante desde el corazón. Ole por este equipo fantastisco al que no lo va a parar nadie Alvaro y Menchu.
Gracias Laura, la verdad es que nada iba a ser más fuerte que mi empeño por sacar a mi hijo de esa situación, pero es verdad que lamentablemente no es suficiente todo ese empeño ni mi enorme amor hacia mi hijo para conseguir que esta situación que tanto daño le estaba haciendo acabara, necesitaba una terapia adecuada con un profesional adecuado, sin eso mi hijo habria acabado ingresado en un hospital con una sonda para alimentarlo, un niño completamente sano, por el desconocimiento estaba enfermando, pudiendolo evitar, eso es realmente injusto. Un besazo