El receptor de la oxitocina, un gen conocido por influir en el vínculo madre-hijo y la unión de la pareja en las especies monógamas, también juega un papel especial en la capacidad de recordar caras, según concluye una investigación, que tiene implicaciones importantes para los trastornos en los que se interrumpe el procesamiento de la información social, como el trastorno del espectro del autismo.
El hallazgo, realizado por expertos del Yerkes National Primate Research Center de la Universidad de Emory, en Estados Unidos; la University College of London, en Reino Unido, y la Universidad de Tampere, en Finlandia, y que se publica en ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’ (PNAS), podría conducir a nuevas estrategias para mejorar la cognición social en varios trastornos psiquiátricos.
Según el científico Larry Young, del Departamento de Psiquiatría de la Facultad de Medicina y el Centro Emory para la Neurociencia Traslacional Social (CTSN, en sus siglas en inglés) de Emory, es el primer estudio que demuestra que la variación en el gen receptor de la oxitocina influye en las habilidades de reconocimiento facial.
Young y el coautor David Skuse señalan la implicación de la oxitocina al desempeñar un papel importante en promover la capacidad de reconocernos unos a otros, sin embargo, alrededor de un tercio de la población posee sólo la variante genética que afecta negativamente a esa capacidad. Estos expertos dicen que este hallazgo podría ayudar a explicar por qué algunas personas recuerdan a casi todo el mundo mientras que otras tienen dificultades para reconocer a miembros de su propia familia.
En concreto, en el esutdio Young, Skuse y su equipo de investigación estudiaron 198 familias con un solo hijo con autismo porque esta clase de familias son conocidas por mostrar una amplia gama de variabilidad en las habilidades de reconocimiento facial, siendo dos tercios de las familias de Reino Unido y el resto de Finlandia.
Los investigadores de Emory encontraron previamente que el receptor de la oxitocina es esencial para el reconocimiento social basado en el olfato de los roedores, como ratones y topillos, y se preguntaron si el mismo gen podría estar implicado en el reconocimiento de rostros humanos.
Para ello, examinaron la influencia de las diferencias sutiles en la estructura del gen del receptor de la oxitocina sobre cuestiones de competencia a la hora de memorizar caras de los padres, de los hermanos sin autismo y de niños con autismo, y descubrieron que un solo cambio en el ADN de los receptores de oxitocina tiene un gran impacto en las habilidades de reconocimiento de caras en el familias.
Según Young, este hallazgo implica que la oxitocina probablemente juega un papel importante más en general en el procesamiento de la información social, que se interrumpe en trastornos tales como el autismo.
El equipo seguirá trabajando para poner en práctica estrategias para mejorar la cognición social en los trastornos psiquiátricos en función de los nuevos resultados.
FUENTE: www.ondacero.es