Según la Presidenta de honor de la Asociación Española de Psiquiatría del Niño y del Adolescente, María Jesús Mardomingo, la prevalencia anual de este trastorno ha pasado del 3,33% al 7,06 en 2002. Ésta fue una de las conclusiones que se extrajo en las IX Jornadas Científicas de la Fundación Alicia Koplowitz, celebradas el pasado jueves y viernes en Madrid.
Fuente: Fundación Alicia Koplowitz
“El riesgo de que los jóvenes sufran depresión ha aumentado 6-8 veces desde 1938 a 2007 y la prevalencia anual de este trastorno ha pasado de 3,33% en 1992, a 7,06% en 2002”. Así lo afirmaba la doctora María Jesús Mardomingo, Presidenta de Honor de la Asociación Española de Psiquiatría del Niño y del Adolescente (AEPNYA), durante las IX Jornadas Científicas de la Fundación Alicia Koplowitz, que se celebraron el pasado jueves y viernes en Madrid.
A este incremento contribuyen, según esta experta, los nuevos estilos de vida, de modo especial la dieta y el modo de comer, la actividad física, la exposición a la luz solar y las horas de sueño. “El hombre contemporáneo come más y peor, lleva una vida sedentaria, vive en interiores sin contacto con la luz solar, duerme menos y tiene un menor contacto personal con sus semejantes. Otras circunstancias económicas y sociales como la desigualdad de ingresos en los países desarrollados; la soledad y ausencia de amistades; el empleo inadecuado de Internet con la ingenua sustitución de la comunicación personal por la digital; y la sustitución de valores intrínsecos por valores extrínsecos, pueden contribuir a que aumente el riesgo de sufrir depresión”, explica.
“Uno de los grandes retos de la Medicina y de la Psiquiatría es precisamente investigar cuáles de estos cambios y transformaciones tienen un poder lesivo mayor que se traduce en enfermedades como las cardiovasculares, metabólicas, autoinmunes, diabetes, obesidad, hipertensión, cáncer, depresión y ansiedad”.
Trastorno obsesivo compulsivo
Según el doctor David Mataix-Cols, profesor de Psiquiatría Infantil y Adolescente del Instituto Karolinska de Estocolmo, “la detección, evaluación y tratamiento de los niños y adolescentes con trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) y sus trastornos relacionados sigue siendo un gran reto dentro de los sistemas de asistencia sanitaria”.
En su ponencia durante las IX Jornadas Científicas, Mataix-Cols explicaba que “la situación es considerablemente peor para el resto de trastornos del “espectro”, como la dismorfofobia (fealdad imaginada), trastorno de acumulación (dificultad extrema para desprenderse de objetos), tricotilomanía (necesidad compulsiva de arrancarse el cabello) y trastorno de excoriación (manipulación de la piel hasta causarse lesiones), los cuales han recibido muy poca atención, especialmente en jóvenes”.
Si no se recibe el tratamiento adecuado, tanto el TOC como sus trastornos relacionados afectan al funcionamiento psicosocial del paciente y pueden causar elevados niveles de discapacidad en los jóvenes y en sus familias. “Por ello, la detección e intervención temprana, seguida de la implementación de tratamientos eficaces es esencial para disminuir el sufrimiento y la discapacidad asociados”, aseguraba este experto.
700 profesionales
Durante los días 9 y 10 de octubre, las Jornadas reunieron más de 700 especialistas en psiquiatría del niño y del adolescente.
La Fundación Alicia Koplowitz tiene como objetivo promover y mejorar la salud y el bienestar de niños y adolescentes, a través de dos líneas de trabajo: área médico científica y área social.