Este mito está científicamente demostrado que es falso.
La llegada de Donald Trump a la presidencia de EEUU es un foco continuo de titulares. Esta semana hay uno que podría resucitar bulos ya extinguidos, y es que el presidente electo se ha reunido con Robert F. Kennedy Jr..
Kennedy lleva años defendiendo que existe una conspiración para enfermar a los niños con las vacunas y que estas causan Autismo. Según él,Trump le ha señalado para presidir una comisión al respecto. El gabinete de Trump no confirma este punto, pero sí habla de la reunión mantenida.
A nosotros nos toca recordar que el mito de las vacunas en relación con el Autismo está científicamente demostrado que es falso.
Se inició en 1998 con la publicación del artículo de un ex cirujano llamado Andrew Wakefield en la revista médica inglesa The Lancet, donde decía que había relación entre la administración de la vacuna triple vírica con la aparición de autismo y enfermedades intestinales.
Esto evidentemente tuvo una difusión enorme en la prensa y generó miedo en muchas personas, que dejaron de vacunar a sus hijos y produjo más casos de las tres enfermedades, con incidencias graves y fatales.
El Autismo no está causado por ninguna vacuna y el no vacunar a los niños los pone en serio riesgo de enfermedades con un desenlace que podría ser fatal.
En 2004, una investigación del reportero Brian Deer publicada en el Sunday Times reveló la existencia de un conflicto de intereses financieros por parte de Wakefield.
Cuando otros científicos intentaron reproducir el estudio se dieron cuenta que estaban basados en falsedades. Los coautores del trabajo retiraron su apoyo a las conclusiones, y la revista que lo publicó se retractó del artículo diciendo que había sido un fraude.
El 28 de enero de 2010, un tribunal compuesto por cinco miembros del Consejo Médico General inglés halló probadas 32 acusaciones, entre ellas cuatro de fraude y doce de abuso de niños con discapacidad de desarrollo.
El comité dictaminó que Wakefield había «faltado a su deber como médico especialista responsable», actuado en contra de los intereses de sus pacientes y obrado «de manera deshonesta e irresponsable» en su investigación.
Se han hecho nuevos estudios con cientos de miles de participantes en varios países (tanto en Estados Unidos como en Europa), y ninguno ha podido establecer una relación entre autismo, enterocolitis y la vacunación.
En la actualidad existe consenso en el mundo entero de que el estudio fue mal intencionado y sus conclusiones fueron un fraude.
El Autismo no está causado por ninguna vacuna y el no vacunar a los niños los pone en serio riesgo de enfermedades con desenlace fatal.