En la realización de la actividad voluntaria, aunque ya de por sí la motivación que le lleva a una persona a dedicar su tiempo en una labor totalmente altruista, podríamos entenderla como buena práctica y compromiso, no basta solamente con la buena disposición de las personas, sino que también son necesarias una serie de compromisos y actitudes cuando se está realizando el voluntariado:
1. No discriminación de las personas por razones de sexo, origen, orientación sexual, creencias religiosas, etc. El voluntario debe respetar a todas las personas que formen parte de la entidad, tanto si están dentro de la organización, como si son beneficiarios de ella.
2. Compromiso de confidencialidad. El voluntario no debe desvelar datos relativos a la entidad, ni datos de carácter personal que tengan que ver con los destinatarios de su actividad voluntaria.
3. Respeto por la situación personal de los beneficiarios, sin juzgar su forma de ser y de vivir. Desarrollar la empatía hará entender que todas las personas llevan a sus espaldas “una mochila” cargada de vivencias que ha configurado su actual situación.
4. Responsabilidad para con la entidad y las personas beneficiarias de sus servicios. El voluntario deber ser responsable con su decisión y el compromiso que ha adquirido, ser una persona puntual y avisar con tiempo a la entidad en el caso de que no pudiera acudir a las actividades.
5. La actividad voluntaria es totalmente altruista, no se recibe ninguna contraprestación económica.
6. El voluntariado no es una actividad caritativa, sino que es un acto de solidaridad que permite generar cambios constatables en las personas que reciben el servicio.
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