Con motivo del Día Internacional del Voluntariado, queremos dar voz a historias que muestran el verdadero impacto del compromiso del voluntariado. Hoy compartimos la experiencia de Belén, madre de un joven con autismo, quien nos relata en una carta lo que ha supuesto para su vida y la de su hijo contar con el acompañamiento de una voluntaria del Programa VolaTEA.

 

Carta de Belén, madre de un joven con autismo:

Mi hijo lleva ingresado en el área de psiquiatría del Hospital Gregorio Marañón desde el 8 de mayo de 2025, lleva más de 7 meses ingresado, al tratarse de una persona adulta pero no autónoma (no maneja la cuchara, no se viste solo, etc), tengo que estar con él todo el tiempo, solo salgo un par de horas por la mañana para ir a ducharme a casa y cambiarme de ropa.

Él está diagnosticado con Trastorno del Espectro Autista y os voy a contar un poco de él para que entendáis que no es fácil, encontrar a una persona que se quede con él.

Mi hijo es un niño muy cariñoso, le encanta tumbarse y que le hagamos cosquillas, tiene una risa contagiosa y cuando sonríe te llena el corazón.

No tiene lenguaje, dice palabras sueltas como pollito, pis, agua, zumito, besito, y 4 palabras más, por este motivo es muy complicado saber que le duele, que le pone triste, etc.… pero durante los últimos años tiene mucha agresividad, se autolesiona (se muerde, cabezazos contra la pared, cristales) y pega, muerde, empuja a quien esté a su lado.

La medicación que toma, que es mucha, no consigue calmar esos episodios de agresividad y al no tener lenguaje es imposible saber qué le pasa cuando tiene esas “crisis” ni nosotros ni los diferentes psiquiatras, psicólogos y demás profesionales que le tratan y le han tratado a lo largo de su vida.

En la actualidad tiene 22 años.

Como ya os he contado, él es el que está oficialmente ingresado, pero yo también, llevo más de 7 meses en el área de psiquiatría, sin otra compañía que mi hijo y el resto de los pacientes ingresados.

Cuando me llama la trabajadora social y me dice “hoy de 17 a 18 horas, va a ir una voluntaria de VolaTEA” a mí se me abre una ventana al mundo, una hora donde puedo salir a la calle, ver escaparates, dar un paseo, tomarme un café, en definitiva, son mi pequeña conexión con el mundo.

A veces son las únicas personas con las que mantengo una conversación durante todo el día, si mi hijo lo permite. En esta área no puedo ni tener el móvil, a no ser que mi hijo esté dormido y estemos en la habitación, por lo que no puedo hablar con mi familia y amigos.

Yo solo puedo agradecer ese tiempo que las voluntarias nos dedican, y como ya he dicho anteriormente, quedarse con mi hijo no es fácil. Gracias y mil veces gracias por dedicar vuestro tiempo libre a pacientes como mi hijo y permitir a la persona de apoyo tomar aire para volver con aires renovados.

Firmado: Belén Álvarez (Madre de un joven con autismo Hospitalizado en AMI-TEA del Hospital Gregorio Marañón)

 

Si tienes interés en realizar voluntariado con la Federación Autismo Madrid, puedes enviar un correo a voluntariado@autismomadrid.es. ¡Os esperamos!  

 

Conoce cómo es el voluntariado en AMI-TEA en el siguiente vídeo:

 

 

 

 

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