Aprovechando que este viernes se celebra el Día de San Isidro, los profesionales del Programa Mejora nos traen una propuesta de actividad relacionada con esta fiesta. ¡No os la podéis perder!
El chotis, del alemán Schottisch («escocés»), es una danza de origen centroeuropeo que tiene variantes en las tradiciones de países tan dispares como Uruguay, Francia, Portugal, Austria o Italia, por ejemplo. Según parece, el chotis llegó a Madrid en 1850 y se representó por primera vez en el Palacio Real con el nombre de polca alemana. Actualmente, es el baile popular más característico de la capital.
¿Qué beneficios puede aportar la práctica del chotis?
Como ocurre en la mayoría de danzas, nuestro cuerpo se pone en marcha y esto nos proporciona beneficios en diferentes aspectos. El chotis no es un baile especialmente complicado y tiene la peculiaridad de realizarse sobre un espacio muy reducido, generalmente una baldosa, por lo que se realiza un trabajo importante de equilibrio y coordinación.
¿Son los únicos beneficios de esta danza castiza? La respuesta es no, a continuación os dejamos los diferentes beneficios del chotis que señalan los fisioterapeutas del Programa Mejora:
- Equilibrio: trabajamos la estabilidad de nuestro cuerpo ante situaciones de desequilibrio.
- Coordinación: aprendemos a realizar movimientos de manera armoniosa y eficaz.
- Elasticidad: trabajamos la flexibilidad de nuestro cuerpo.
- Agilidad: mejoramos la rapidez con la que realizamos ciertos movimientos.
- Desarrollo muscular: favorece el crecimiento y fortalecimiento de músculos.
- Trabajo respiratorio: aprendemos a controlar la respiración cuando hay un gran gasto de energía.
- Imitación: mejora la capacidad de atención al copiar pasos de bailes ya establecidos.
- Expresión no verbal: nos ayuda a expresarnos por medio de gestos y movimiento.
- Imaginación: fomenta la creatividad al imaginar nuevos pasos de baile.
- Felicidad: liberamos endorfinas, mejoramos la autoconfianza y nos ayuda a relacionarnos con el resto de gente.
¿Cómo se baila el chotis?
Quizá lo más curioso de este baile castizo es que el hombre permanece quieto mientras la mujer se mueve a su alrededor haciéndole girar sobre un espacio cuadrado, generalmente una baldosa. Durante el movimiento de la mujer, el hombre tiene que procurar no salirse de la baldosa al tiempo que mantiene la mirada al frente. Al son de la música del organillo primero rotan hacia la izquierda y, cuando la música cambia, hacia la derecha y así sucesivamente.
El hombre puede realizar variantes introduciendo una mano en el bolsillo o levantando un pie, ¡pero siempre sin salirse de la baldosa!
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