“HOY ES MARTES, VAMOS A VER A MONTSE Y A JUGAR CON LOS PATOS”
Autora: Montserrat Guillamón
Hoy es martes. Álvaro es un niño de 4 años que asocia el día en el que estamos de la semana a la actividad más relevante para el en ese día y lo relata insistentemente. Cuando se levanta por la mañana, ya anuncia que hoy es martes y “hoy vamos a ver a Montse y jugar con los patos”. Al salir de la escuela, la mama le da el bocadillo siempre redondo de paté, como cada tarde y le dice a la mama “vamos a ver a Montse y jugar con los patos”. Hacen siempre el mismo recorrido, pasan por delante de la farmacia tiene que entrar y coger un caramelo de un cesto que hay en el mostrador, la farmacéutica le saluda “Buenas tardes Álvaro” y él contesta “Hoy es martes y vamos a ver a Montse y jugaremos con los patos”. Pasan por el parque, haciendo siempre el mismo recorrido, poniendo los pies en las baldosas que marcan el camino y se enfada si pierde el equilibrio y el pie cae en el suelo arenoso del parque. Tiene que pisar la entrada de la frutería y ya cuando llegan tiene que hacer la entrada tocando todos los palos que hay de protección para que los niños no vayan a la calle donde pasan los coches.
Está contento, es su manera de organizarse temporalmente y le da seguridad. El orden le ayuda a entender el mundo que le rodea y además es su forma de expresar que es algo que le gusta y espera.
Esta historia para mi empieza hace un tiempo cuando llegué a la consulta y vi a unos padres nerviosos, inquietos y muy pendientes de su hijo, que estaba jugando absorto con unas piezas de madera y su única ocupación era moverlas de un lado para otro, primero las alineaba todas a la derecha, cuando ya están todas alineadas empezaba otra vez la operación para pasarlas todas con un movimiento ritualizado y muy meticuloso hacia la izquierda.
Les hice pasar, durante la sesión me explicaron como era Álvaro, un niño al que le costaba mucho relacionarse con los demás, que no respondía cuando le hablaban, “que vivía en su mundo”, al cual le costaban mucho los cambios, sus conductas eran muy ritualizadas y sus intereses muy restringidos. Su ocupación era alinear todas las cosas que estaban a su alrededor y hablar de los coches, se pasaba el día hablando de los coches que más le gustaban, iba por la calle reconociendo todas las marcas, se tenia que parar delante de los concesionarios y se pasaba horas mirando las revistas de automoción.
Sus padres estaban desorientados, no entendían porque tenia la necesidad de realizar estas rutinas, de repetir todos los días las mismas conductas, de no poder variar de planes….. Pero sabían que así Álvaro estaba mucho mas tranquilo.
Al acabar la valoración diagnostica, ya sabia que le pasaba a Álvaro, ya podía contarles a sus padres y explicarles por qué necesitaba estas rutinas, por qué le costaban los cambios, porque tenía una manera de relacionarse distinta…. Por qué aunque ellos habían actuado igual con sus hermanos el respondía de forma diferente. Era el momento de explicarles que Álvaro presentaba unos síntomas compatibles con el Trastorno del Espectro Autista.
Este es un momento muy difícil y complicado para todos, es el momento en que el profesional sabe que tiene que informar sobre un diagnostico que los padres a veces ya sospechaban o intuían, otras veces viene totalmente de nuevo, algo que uno no se espera y no sabe de lo que le están hablando…..
Se tiene que pasar por un proceso para poder asumir y aceptar la información que les han dado, pero también es el momento de empezar un nuevo camino que puede ayudarlos a entender mejor a su hijo y ayudarlo a poder situarse delante de un montón de situaciones en las que ellos responden de manera diferente.
Desde hace un tiempo los padres de Álvaro y yo hemos recorrido un camino juntos conociéndole mejor, entendiéndole y viendo los progresos que va realizando cada día. Nos sorprende con sus avances, su manera de organizarse y sus recursos para poder situarse mejor en un entorno que es muy difícil de controlar Hace tiempo que hemos aprendido que su medidor temporal le ayuda a situarse en un mundo con demasiados cambios para él.