La presencia de un animal puede aumentar significativamente las conductas sociales positivas en los niños con trastornos del espectro autista (TEA). Así lo evidencia un estudio publicado en la revista «Plus One». Sus autores –Marguerite E O’Haire y sus colegas de la Universidad de Queensland, (Australia)– comprobaron que, en presencia de animales, los niños, de entre cinco y 13 años, mostraban más ganas de hablar, miraban a la cara de otros y tenían más contacto físico. Los niños también eran más receptivos a los avances sociales de sus compañeros en presencia de los animales de lo que eran cuando jugaron con juguetes.
La presencia de animales aumentaba además los casos en los que estos menores
sonreían y reían, reducía su gesto de ceño fruncido, gemidos y lloros, comportamientos en los niños con autismo que se producían más cuando estaban con juguetes.

Según los investigadores, la capacidad de un animal para ayudar a los niños con TEA a conectar a los adultos puede ayudar a fomentar interacciones con terapeutas, profesores u otros adultos.

Fuente: 20 minutos.es.  Acceda aquí a la noticia completa.

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