Aunque no tenga nada que ver con los TEA, este sábado queremos aproximarnos a este tipo de malformaciones, en homenaje a las personas que lo han sufrido y a sus familiares.

Fuente: zonahospitalaria.com

Las malformaciones arteriovenosas (MAV) son defectos poco comunes del sistema vascular que ocurren generalmente durante la etapa embrionaria o fetal. El sistema circulatorio normal está compuesto de 3 elementos principales: las arterias que transportan el oxígeno desde el corazón hasta otros órganos, las venas que llevan la sangre no oxigenada desde estos órganos hasta el corazón y los capilares que están situados entre las arterias y las venas y cuya función es participar en el intercambio gaseoso entre la sangre y las células de los tejidos. (Figura 1. Esquema de MAV)

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SÍNTOMAS

La mayoría de las personas con este tipo de malformaciones puede no tener ningún síntoma durante toda su vida o únicamente presentar afecciones leves como el dolor de cabeza. Sin embargo, las MAVs pueden debutar con cuadros de mayor gravedad, siendo en orden de frecuencia la hemorragia y las crisis epilépticas los síntomas más habituales.
El riesgo de que el paciente con una MAV presente una hemorragia cerebral es de entre el 2-4% anual. Teniendo en cuenta la alta morbimortalidad asociada a las hemorragias cerebrales, es importante estudiar de forma individualizada cada caso y buscar la mejor alternativa para tratar las MAV.
Los síntomas pueden aparecer a cualquier edad pero, debido a que estos se producen por acumulación de daño neurológico lento como consecuencia de la alteración del flujo cerebral, la edad de debut suele situarse por encima de los 20 años.

DIAGNÓSTICO

un elevado número de malformaciones arteriovenosas no ocasionan sintomatología, por lo que en estos casos llegar al diagnóstico es difícil y en la mayoría de las ocasiones no se llega a conocer la existencia de la malformación. Es en el momento en el que el paciente debuta con clínica neurológica cuando se realizan pruebas complementarias que llevan al diagnóstico de la malformación arteriovenosa.
Las MAV son la causa más frecuente de hemorragia intracraneal no traumática en pacientes menores de 35 años, por lo que ante una hemorragia de estas características en un paciente joven siempre se debe descartar la existencia de dicha patología.
Tanto el TC craneal como la RM craneal (fundamentalmente esta) pueden evidenciar la presencia de malformaciones arteriovenosas; no obstante, la prueba más útil para confirmar su existencia, así como para definir la extensión y características de misma, es la angiografía ya que permite estudiar con mejor precisión el sistema circulatorio cerebral.

MODALIDADES TERAPÉUTICAS

Más información detallada en el artículo publicado en zonahospitalaria.com

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