Del blog de José R. Alonso rescatamos este interesante artículo:
En un principio teníamos autismo clásico y síndrome de Asperger. Después se empezaron a ver tantos casos intermedios, tantas variantes sin límites nítidos, que se acuñó el término trastornos del espectro autista. Posteriormente nos hemos dado cuenta una vez más de que los humanos tendemos a clasificar todo en cajones, en compartimentos cerrados pero casi nunca son las cosas así en la Naturaleza, de la que no está de más recordar que nosotros formamos parte. Al mismo tiempo es evidente que existen tendencias y rasgos autistas en muchas personas de la población supuestamente normal. El nivel donde empieza a ser un trastorno es un límite artificial, útil pero que podría moverse sin ningún problema arriba o abajo de ese gran rango.
El grupo de Baron-Cohen diseñó un cuestionario destinado a medir el cociente de espectro autista (Autism-spectrum Quotient; AQ) o simplificando cociente de autismo CA. Se volvió muy popular en el reino Unido porque lo publicó una revista de divulgación científica “Wired” y luego lo colgó en la red. Posteriormente se desarrollaron versiones del cuestionario para niños y para adolescentes. Un objetivo del cuestionario es identificar rasgos autistas en la población diagnosticada como normotípica y ver su prevalencia en distintos subgrupos. Las primeras pruebas dieron una puntuación media de 16,4 a la población usada como control, con los hombres puntuando ligeramente más alto que las mujeres (17 vs. 15). Cuando se aplicó a adultos que habían sido diagnosticados con un TEA el 80% puntuaban 32 o más mientras que ese nivel sólo lo alcanzaba un 2% del grupo control.
Las preguntas de este cuestionario miden habilidades sociales, de comunicación, de imaginación, atención a los detalles y salto de atención de un tema a otro, por lo que incluyen la famosa tríada de anomalías en el autismo y se abren a otros aspectos que se han demostrado en investigaciones recientes. No está pensado para el autodiagnóstico pero muchas personas lo utilizan para ver cuál es su situación.
Se puede ver aquí http://espectroautista.info/tests/espectro-autista/adultos/AQ
El cuestionario de CA (Cociente de Autismo) tiene 50 afirmaciones y las personas que lo realizan se les pide que indiquen si esa aseveración se da en su caso o no en cuatro niveles (totalmente de acuerdo, ligeramente de acuerdo, ligeramente en desacuerdo, totalmente en desacuerdo). Un ejemplo es decir, “soy bueno en la cháchara social” y está incluido en la subescala de comunicación mientras que la frase “Prefiero hacer las cosas de la misma manera una y otra vez” se incluye en la subescala de los cambios de atención. Las puntuaciones van de 0 a 50 y según Baron-Cohen las personas con puntuaciones superiores a 32 tendrían niveles significativos clínicamente de rasgos autistas.
Varios estudios han mostrado que los estudiantes de ciencias tienen mayores valores de CA que los estudiantes de ciencias sociales o humanidades y que los de Ciencias Exactas tienen mayores CA que otros tipos de científicos que no tienen las matemáticas como ámbito principal, lo que encaja con otros estudios que muestran una asociación entre los habilidades para las matemáticas y las ciencias con los comportamientos autistas.
El cuestionario fue pasado a estudiantes de distintas disciplinas de la Universidad de Cambridge, la universidad donde trabaja Baron-Cohen y en un grupo de 16 finalistas de la Olimpiada Matemática Británica, para determinar si existe algún tipo de relación entre el talento para algunas disciplinas y los rasgos asociados al espectro autista. Los estudiantes de ciencias exactas, físicas e ingenierías, puntuaron de forma significativamente superior, 21.8 de media para los matemáticos y 21.4 para los informáticos. La puntuación media para los ganadores de la Olimpiada Matemática Británica fue de 24. De los estudiantes que puntuaron 32 o más en el test, 11 estuvieron dispuestos a ser entrevistados por un especialista y siete de ellos cumplían los criterios del DSM-IV para un diagnóstico de síndrome de Asperger. Cuando el estudio se hizo al revés, pasando el cuestionario a personas que habían sido diagnosticados de asperger por un profesional, la puntuación media fue de 35 y 38 para hombres y mujeres, respectivamente.
En algunas pruebas las personas con CA alto lo hacen mejor que los que tienen CA bajos. En el llamado test de figuras incrustadas (embedded figures), las personas que tienen mayor CA lo hacen más rápido que las personas con menor CA y las personas con un diagnóstico de TEA también lo hacen mejor que los individuos normotípicos lo que sugiere sistemas de procesamiento parecidos.). En este test, se trata de identificar una estructura que está metida dentro de una imagen más amplia y permite medir la habilidad de alguien para aislar detalles con sentido dentro del contexto donde están incluidos.
Se ha visto también que las personas con un alto CA detectan con mayor rapidez sonidos novedosos, mostrando un menor tiempo de reacción. También muestran activación más amplia, en más zonas cerebrales, de lo que se observa en un individuo con bajo CA, una diferencia que también se observa cuando se compara individuos diagnosticados e individuos sin diagnosticar. Por último recordar que hay ganadores del premio Nobel como Vernon Smith (premio Nobel de economía 2002) que tiene síndrome de Asperger. Lo que una persona puede hacer con su vida nadie lo sabe y lo importante es que impulsemos a nuestros jóvenes, sea cual sea su CA, y no seamos nosotros los que pongamos fosos y barreras.
FUENTE: Blog personal de José R. Alonso