En el diario La Razón, publicaron un artículo en 2011 hablando sobre Temple Grandin y su libro ‘Interpretar a los animales’.
Fuente: La Razón
Las personas son generalistas. Los autistas y los animales, en cambio, ven más las diferencias entre los objetos que las similitudes. Eso que les hace diferentes es lo que la sociedad no sabe apreciar. Temple Grandin, persona con autismo doctorada en Ciencia Animal, explica en «Interpretar a los animales» cómo valorar otro tipo de inteligencias y habilidades.
«Los animales son más listos de lo que pensamos. La migración quizá sea el talento más extraordinario de las aves. Ya que tienen que aprender esas rutas, no es innato. Muchos animales tienen memoria extraordinaria. Las ardillas grises esconden centenares de frutos secos, uno en cada sitio, y luego recuerdan dónde los escondieron y no marcan los lugares ni los buscan por el olor. Según Pierre Lavenex, de la Universidad de California, emplean información del entorno, como la posición relativa de los árboles y edificios. La gente recordaría seis o siete.
Creo que los animales son más listos de lo que sabemos. Los autistas somos inteligentes del mismo modo que los animales. Somos especialistas. Podemos hacer cosas que una persona normal no puede aprender por mucho que se esfuerce o practique. También vemos las diferencias entre los objetos más que las similitudes, lo que supone que no generalizamos muy bien. Las personas que enseñan a los niños autistas afrontan ese problema. Un conductista me contó la historia de un chico autista al que habían enseñado a untar tostadas con mantequilla. La alegría no duró mucho, porque cuando alguien le dio manteca de cacahuete, ¡no tenía ni idea! Tuvieron que empezar de nuevo. No es que no generalicen. Pero las cosas que hacen casi siempre son más específicas que las de los no autistas.