Dudas frecuentes sobre el autismo

Diferencia y semejanzas entre TEA y TGD

Durante los últimos diez años, son muchos los nombres diagnósticos por los que ha pasado el autismo. Estos cambios en parte, son fruto de las investigaciones, actualizaciones, estudios y avances que se han dado en este tiempo, lo cual era necesario dado el gran vacío que existía en este campo.

Tantos cambios implican también muchas dudas, como por ejemplo ¿Qué diferencia hay entre TGD y TEA? ¿Qué término clínico debo utilizar? Os explicamos:

El DSM-IV, manual diagnóstico aprobado por la Asociación Americana de Psiquiatría en 1994, hablaba de TGD o Trastorno Generalizado del Desarrollo. Dentro de esta clasificación encontrábamos 5 categorías: Trastorno Autista, Trastorno Desintegrativo Infantil, Síndrome de Rett, Síndrome de Asperger y Trastorno Generalizado del Desarrollo no Especificado.

En el DSM-5, la última edición del DSM aprobado en 2013, no incluye categorías si no que habla de TEA o Trastorno del Espectro del Autismo y de tres posibles grados de manifestación en dos áreas del desarrollo: la comunicación y la interacción social por un lado, y la presencia de patrones de comportamiento e intereses restrictivos por otro. Además, el DSM5 no incluye dentro de los TEA ni al Síndrome de Rett ni al Síndrome de Asperger.

Por otro lado el CIE-10, manual diagnóstico aprobado por la Organización Mundial de la Salud y también vigente en la actualidad, continúa utilizando el término TGD. Esta clasificación también incluye varias categorías (Autismo Infantil, Autismo Atípico, Síndrome de Rett, Síndrome de Asperger, etc.).

Como veis, el nombre depende de la clasificación diagnóstica que se utilice, e independientemente de ello, lo importante es la persona y no la etiqueta, siendo necesario evaluar las características y necesidades individuales, para que partiendo de ellas, se puedan ofrecer los recursos más adecuados y ajustados a cada uno y, de este modo, trabajar para alcanzar el máximo potencial que todos llevamos dentro.

Novedades del DSM-5

Desde que en 2013 se publicó el DSM-5, la nueva edición del manual diagnóstico DSM (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders), por la APA (American Psychiatric Association), han surgido numerosas preguntas sobre su contenido relacionado con el autismo.

Os invitamos a ver los siguientes artículos para conocer mejor las modificaciones y actualizaciones que propone:

Diferencia entre enfermedad, síndrome y trastorno

La definición de enfermedad según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es la de “Alteración o desviación del estado fisiológico en una o varias partes del cuerpo, por causas en general conocidas, manifestada por síntomas y unos signos característicos, y cuya evolución es más o menos previsible”.

Generalmente, se entiende a la enfermedad como la pérdida de la salud, cuyo efecto negativo es consecuencia de una alteración estructural o funcional de un órgano a cualquier nivel.

Un síndrome es un conjunto de síntomas o signos conocidos que pueden aparecer juntos aunque con un origen desconocido.

Un trastorno puede considerarse como una descripción de una serie de síntomas, acciones o comportamientos. Suele estar asociado a patologías o desórdenes relacionados con patologías mentales. También se asocia a alteraciones de los procesos cognitivos y afectivos del desarrollo, considerando que existe una diferencia significativa respecto al grupo social mayoritario donde se incluye la persona, no existiendo una etiología conocida.

Desde la psicología el autismo se considera un trastorno; Desde la medicina se habla de enfermedad porque se considera que la causa del autismo está en una alteración del sistema nervioso.

Pero desde ninguna disciplina se habla de “cura” del autismo, ya que es una condición que va a estar presente a lo largo de la vida de la persona que lo presenta.

Las vacunas y el origen del Autismo

Las vacunas NO están relacionadas con el origen del autismo.

El autismo está presente desde el nacimiento de la persona, lo que sucede es que los primeros signos comienzan a mostrarse cuando la persona comienza a desarrollar mayores capacidades de comunicación, relación social, etc.

Es precisamente esa época en la que también es necesario comenzar a cumplir con el calendario de vacunación, por lo que las fechas coinciden. Esta coincidencia no implica una relación directa de causa-efecto.

A continuación podéis consultar algunos artículos con más información sobre ello:

Ir al contenido