La mayoría de las «rabietas» que se dan en niños con TEA se deben a sus problemas de comunicación y lenguaje, lo que les produce frustración, enfado, rabia… También se pueden dar cuando hay un cambio inesperado en su rutina, al haber demasiada estimulación a su alrededor, y no ser capaz de procesarla, cuando no consiguen algo. Son manifestaciones conductuales que se pueden dar en forma de patadas, gritos, llantos, golpes…
Factores que incrementan estas situaciones
- Dificultades en la comunicación, haya o no lenguaje:
El no poder expresarse, o que se les entienda a la petición sobre lo que quieren, desean o rechazan, les genera frustración, enfado, angustia…
- Diferente forma de percibir y sentir, lleva a estilos perceptivos y cognitivos diferentes:
- Sobrecarga sensorial
- Cambios inesperados en rutinas y planes
- Sobrecarga social y de interacción
- Demandas elevadas por el adulto sin sentido para la persona TEA.
- Ambiente poco predecible y desordenado:
Las personas con autismo prefieren un ambiente predecible, que esté estructurado y sea familiar, para poder tener el control sobre el entorno.
Para ellos cualquier cambio, por pequeño que sea, les puede alterar, por lo que siempre que sea posible, será mejor anticiparles.
¿Cómo podemos actuar?
1. Asegurarnos que tiene un sistema de comunicación, que te permita comunicarte con la persona para poder entenderos. Adaptarnos a su código, respetando su ritmo, usando expresiones claras y sencillas.
2. Conoce cómo siente, que le gusta y que no.
Adapta los espacios y rutinas a su día a día y no le obligues a realizar tareas que no le gustan, por ejemplo cortarse el pelo, las uñas, peinarse… No le obligues, no significa que no tenga que hacerlo, sino que utilizaremos diferentes herramientas y formas de conseguirlo, adaptadas a la persona.
3. Sigue un orden y estructura para que la persona pueda anticipar. Utiliza apoyos visuales como agendas, calendarios…informando de lo que va a ir haciendo, y anticipa cualquier salida o cambio que se pueda dar. Mejor no improvisar.
4. Utiliza el tiempo para disminuir rabietas de transición (de una actividad a otra).
Para ello una herramienta muy útil en estos casos es un temporizador que le marque lo que va a durar la actividad, e ir avisándole según vaya terminando el tiempo, por ejemplo: quedan 5 minutos, quedan 2 minutos, y cuando quede 1 minuto para que sepa que la actividad va a finalizar. Esto les sirve para hacer una mejor transición, aunque la actividad siguiente no tenga nada que ver con la anterior.
Si el temporizador es visual mucho mejor.
5. Sistema de trabajo PRIMERO-DESPUÉS.
La frase PRIMERO-DESPUÉS se utiliza para que el niño termine una tarea antes de conseguir una cosa motivadora. Por ejemplo: PRIMERO recoger, DESPUÉS coche.
Dependiendo de sus necesidades y habilidades se utilizarán imágenes, escritura…
6. Refuerzo conductual positivo
Reforzar, identificar y afirmar acciones positivas específicas de los niños les anima a repetir aquella conducta adecuada. Importante reconocer los comportamientos positivos que el niño presenta, de esta manera reforzamos para que vuelva a suceder.
Para algunos niños las alabanzas no sirven para nada, y tenemos que actuar mediante pequeñas negociaciones. En este caso tenemos que encontrar alguna cosa que le sea gratificante para dársela después de la tarea menos motivadora.
7. Reforzar lo que se quiere que el niño haga
Evitar decir NO, y dar la opción en positivo. Por ejemplo: ¡No grites!- Silencio. ¡No corras!-Camina despacio. ¡No comas con las manos!-Utiliza los cubiertos para comer.
De esta manera el niño sabe lo que tiene que hacer exactamente.
8. Mantener la calma
Quizá sea la estrategia más complicada, pero hay que mantener la calma, y que nuestras palabras suenen tranquilas aunque por dentro no lo estemos.
Tendremos que ser amables, estar tranquilos y pacientes si queremos que sigan nuestro ejemplo.
Muchas gracias por su ayuda me sirve de mucho yo tengo un hijo con autismo de 12 años y a estado muy agresivo últimamente y ace muchas rabietas ya no se que acer pero boy a poner en práctica todos estos consejos bendiciones
Muchas gracias Beatriz por tu comentario, esperamos que pueda ser de ayuda. Un abrazo.
Mi hijo de 9 años siempre se ha caracterizado por su tranquilidad, a raíz del confinamiento tiene muchos enfados, el solo se vuelve agresivo, a la hora de realizar actividades q antes le gustaban como bajar a la
Piscina entra en bucle de enfado y rabieta, quiere bajar porque así se informa en su panel pero a la vez se pone nervioso llora grita y se enfada… no sabemos porque tiene estos comportamientos y no sabemos quién puede ayudarnos
Buenos días, María, puedes enviarnos un correo a asesoramiento@autismomadrid.es con tus dudas y preocupaciones o llamar al 91 013 30 95 y nuestras compañeras del Servicio de Información y Asesoramiento te podrán orientar. Gracias por leernos y contactar con nosotros. Un abrazo.