El juego es una herramienta fundamental en el desarrollo de habilidades comunicativas y sociales en los niños y niñas. A través del juego, se pueden compartir intereses, facilitar la comprensión de la intención comunicativa, desarrollar habilidades comunicativas verbales y simbólicas y potenciar la atención conjunta.

Compartir intereses y comprensión de la intención comunicativa

El juego permite a los niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA) compartir intereses con sus iguales y adultos, creando oportunidades para la interacción social. Juegos simples como los de construcción, en los que se trabaja en conjunto para construir algo, o juegos de mesa que requieren turnos, ayudan a los niños a entender las reglas de interacción social y a reconocer las intenciones de los demás. Además, a través del juego los niños también aprenden a interpretar las acciones y emociones de los otros jugadores.

Desarrollo de habilidades comunicativas verbales y simbólicas

Los juegos simbólicos, como jugar a «las casitas» o «los médicos», son muy valiosos para el desarrollo del lenguaje y la comunicación. Estos juegos permiten a los niños practicar y expandir su vocabulario, así como experimentar con diferentes roles y situaciones sociales.

Intervención en el hogar y adaptación de juegos

Las familias juegan un papel crucial en el apoyo al desarrollo comunicativo de los niños. En el hogar, los padres pueden adaptar juegos y actividades diarias para fomentar la comunicación. Por ejemplo, durante el tiempo de juego, los padres pueden usar una comunicación clara y consistente, modelando el lenguaje y ofreciendo descripciones detalladas de las actividades. Imitar las acciones y palabras de los niños también puede ser una estrategia efectiva para fomentar la comunicación y la interacción. No hay que olvidar adaptar los juegos a las necesidades específicas e intereses de cada niño para aumentar su motivación y participación activa.

Los juegos que se basan en la imitación, como «Simón dice» o canciones con movimientos, no solo enseñan habilidades de imitación, sino que también mejoran la atención conjunta y la comprensión de instrucciones.

Otro ejemplo es la utilización de juegos sensoriales que estimulan los sentidos y ayudan a los niños a explorar diferentes texturas, sonidos y movimientos. Juegos como la plastilina, la arena mágica o los instrumentos musicales pueden proporcionar oportunidades para la expresión y la comunicación a través del juego sensorial.

En conclusión, el juego es una metodología poderosa y efectiva para desarrollar habilidades comunicativas en niños y niñas con TEA. A través del juego, se pueden compartir intereses, comprender mejor las intenciones comunicativas y sociales y desarrollar habilidades verbales y simbólicas. Además, las actividades lúdicas contribuyen a aumentar la atención sostenida, mejorar la memoria de trabajo y desarrollar habilidades de resolución de problemas.

La participación activa de las familias en la adaptación y facilitación de juegos es esencial para maximizar los beneficios de estas intervenciones. Con un enfoque lúdico y colaborativo, se pueden lograr avances significativos en la comunicación y la integración social de los niños con TEA.

 

Irene Prieto, Logopeda del Programa Mejora.

 

Más información sobre el Programa Mejora.

 

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