La Plataforma TEA Asturias (Trastornos del Espectro Autista) celebró una reunión de familias en la que los participantes, ataviados como indios y vaqueros, pudieron disfrutar de música, juegos y sobre todo, de los caballos que llevó hasta Deva la Asociación Asturiana de Terapias Ecuestres.
«Incluir no es solo abrir la puerta, también es dar la bienvenida». Esta frase fue la consigna de la tarde del pasado viernes en el merendero El Rinconín de Deva, en Gijón, donde adultos y niños, tanto con autismo como no, disfrutaron de una tarde pasándolo ‘como los indios’.
Este tipo de encuentros pretenden dar mayor visibilidad social al autismo. «A diferencia de otras comunidades, Asturias carece de legislación sobre el alumnado con necesidades educativas especiales», comentaba Carmen de la Rosa, miembra de TEA y coordinadora del evento.
La organización no recibe ninguna subvención pública y sobrevive gracias a los colaboradores que la patrocinan. «Hay un prejuicio extendido en la Administración -señalaba Carmen-, que afirma que estas personas no pueden llevar una vida normal. Las propias experiencias de las familias desmienten ese planteamiento».
El parking de El Rinconín vio como los caballos de la Asociación Asturiana de Terapias Ecuestres hacían las delicias de los asistentes, sobre todo de los más pequeños. Muchos de los jinetes de la Asociación padecen autismo, entre otras discapacidades. Ketty Vives, responsable del programa en Gijón, aseguraba que el hecho de montar a caballo «favorece el autoestima de los enfermos, algo básico, a la vez que tratan sus problemas físicos y psíquicos y lo pasan en grande». La monitora Carmen Quintanal declaró: «Es una maravilla ver cómo van evolucionando. Empiezan con temor a subir al caballo, pero acaban montándolos muy bien. Hacen hasta competiciones de salto». En el encuentro no faltó una buena merienda y una representación teatral.
La ventosa tarde pareció en ciertos momentos un ‘western de planta rodadora’. Estuvieron presentes Pilar de Amo, directora de servicios sociales del Ayuntamiento de Gijón, así como Dolores Nieto, delegada en Asturias de SAUCE.
La asociación también sorteó una de las dos camisetas firmadas por todos los jugadores de la Roja, que la Federación Española de Fútbol les había donado.