Hoy, en nuestro tema de portada,  hablamos de la importancia de apostar por una verdadera escuela inclusiva capaz de dar respuesta  a las necesidades de cada alumno, y poder lograr así  una verdadera sociedad inclusiva.

En este sentido queremos compartir con todos vosotros una actividad, totalmente inclusiva, que este fin de semana han llevado a cabo niños y niñas de la Asociación ProTGD y el Grupo Scout Fénix, de Navalcarnero.

Este Grupo Scout, perteneciente a ASDE-Exploradores de Madrid,  ha sido el encargado de organizar las actividades que han compartido y que han tenido lugar en el campo. Un día soleado en el que todos juntos han compartido juegos, comida y merienda. La jornada comenzó con una actividad de presentación. Para aprenderse los nombres disfrutaron de diferentes juegos como pasarse la pelota, diciendo el nombre del receptor,  o una madeja de lana, de tal manera que con la lana se iba formando una tela de araña.

Una vez metidos en harina las actividades no dejaron lugar para el aburrimiento. ¿Recordáis cómo se juega al «cartero y el rey» o al «pañuelo»?.  Pues  en el cartero y el rey, uno de los participantes, «el rey»  dice el nombre de alguien que deberá cambiarse de sitio en función de una categoría (por ejemplo: traigo una carta para todos los que lleven gafas).

Por supuesto no faltaron los juegos de toda la vida como el pilla pilla, una carrera de relevos o la bomba.  También utilizaron un paracaídas para sus juegos. Con él mantearon una pelota, jugaron al ratón y al gato y a meterse debajo mientras uno de ellos tenía que adivinar dónde estaba sentada una persona en concreto. 

Además de juegos,  los chavales compartieron bailes, canciones y talleres. En uno de ellos realizaron helicópteros de papel y,  después de colorear y recortar, los  volaron todos juntos. También hicieron un taller de sales de colores. Pintaron la sal con tiza y después la metieron en botellas.

Con tanta actividad pronto llegó el hambre y, todos juntos, compartieron la comida sentados en el suelo formando un círculo. Después de la comida algunos aprovecharon para darse un respiro y otros continuaron jugando.

Un éxito de actividad que a buen seguro se repetirá en Navalcarneo, y esperamos que sirva de ejemplo para que iniciativas como estas se conviertan en habituales y hagamos realidad una verdadera sociedad inclusiva.

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