¡Dichoso niño!

Por tu culpa ha cambiado mi vida. A causa de ti mis días son largos y completos. Es debido a ti que escudriño los rincones de mi corazón para encontrar lo preciso.

Por haberte conocido he cambiado el rumbo y ha sido así que he apreciado de nuevo lo esplendoroso de la vida. He vuelto a mi cuna. Y mis pasos, en ti, atentos, se han vuelto mis propios pasos y los de mi hogar y en ellos vislumbro todas las delicias que nos has traído. He ajustado los conceptos…aprecio, aún, mejor lo que tengo más cerca y estudio cuánto respetar el resto del mundo.

Mirarte es una aventura y en ella, cada vez, me recuerdas, con tu hacer, lo importante que es amar enteramente. Y lo extiendo…

Y se me hacen perdonables los errores que cometemos; las exigencias son calma para lograr lo que espero; paciencia la que permite salvar los malos momentos; el trabajo es un apósito adosado a mi cuerpo que poco a poco voy logrando hacer que sea lo de menos. Mirarte es el regalo que me ayuda a esperar de nuevo, y entre lo inesperado busco…descubro en mí un estar atento.

Mi niño es piel morena, ojos de miel. Es suavidad y es frescura. Mi cariño es palabra en su escasa voz y dos mil talentos en sus ‘andares’. Mi niño es caricia y despertar. Es poner a prueba lo ineludible de la existencia. Y es obediencia y es tesón y es persistencia, sentido y dulzura. Es un renovarse cada día; un acoger con mimo los hechos y buscar encontrar qué quieren decirme. Es el más profundo sentido de la palabra compromiso.

Es un conocer, es un no obviar, es un reclamo constante a la importancia de estar vivo; es belleza. Es recordarme sin tregua que es urgente estar despiertos; es calma y es contento y es gravedad. Es, en su primera expresión, el absoluto sincero, la exigencia de lo adecuado, el canto de lo preciso.

Mi niño amor es el grito al viento que no entiende de modales cuando algo nos supera. Es el puro reflejo de la más íntima necesidad que todos tenemos de Vivir. Es la manera concreta de la naturaleza propia que no atiende a caprichos.

 Mi niño amor eres tú, mi sobri y el autismo que te acompaña, una veta, que me indica y me conduce en el camino de conocerte.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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