Diego es un chico introvertido, tiene 21 años y le gustaría ser actor de cine. O eso pienso yo, ya que siempre le veo interpretando algún personaje.

 Diego, es un chico moreno con el pelo corto pero moldeable, ya que se peina todas las mañanas con la raya al lado, de izquierdas a derechas, aunque se le levanta un quiqui en la coronita, poco después de terminar de peinarse, tiene una cara entre angelical y risueña, la piel blanca y las mejillas rojizas,  todas las madres dicen que es guapísimo. Lleva una barba de dos o tres días, ya que no le gusta afeitarse habitualmente, que da aspecto de desaliñado, aunque no es así,  es un chico muy aseado. Su porte es de un chico grande, mide1,90 m, y un poco robusto, pero no llega a ser regordete, esta fuerte.

 Diego es un chico, simple pero a la vez muy complejo, muy ordenado y tranquilo, como otros muchos en el mundo, pero cuando dije muy ordenado, es verdad y va mas allá, tiene todos sus sentimientos guardados en el mismo sitio, en el corazón, supongo que será como el baúl de los juguetes, que no puedes sacar el que quieres sin haber sacado antes los que están encima.

Es un muchacho previsiblemente imprevisible e imprevisiblemente previsible, no tiene puerta para el engaño, no nació con ese don, aunque dos. Cuando está callado, parece como si estuviera  ausente, como dije, parece, porque siempre esta muy presente. Cuando le hablan parece que las palabras le llegaran desde muy lejos y a la vez como si le aplastaran, sus ojos dubitativos y sinceros, vuelan sin encontrar la flor donde posarse. Su boca permanece cerrada, parece como si sus palabras pudieran hacer daño, aunque a veces grita sin motivo aparente, pero cuando alguien grita, algo quiere expresar o quizás intente sacar algún juguete del baúl. Sus manos tensionadas, parece que estuviera en alerta en todo momento, pero no da sensación de temor o desconfianza sino de ternura, es una sensación extraña, pero es mi sensación. Como todas las cosas en esta vida hay que ponerle alma para poder emerger de las situaciones que depara un futuro incierto, cargado de vida.

Me gustaría adentrarme en su alma y poder soñar sus sueños. No encuentro palabra que le defina, pero si la encontrara, seguro que le gustaría. En sus silencios encuentro lejanía y dolor, bienestar y gozo. A veces le miro y entiendo, que ni yo misma, podría ser quien soy, sin mi marido, padres, hermanos, familiares, amigos, compañeros, desconocidos y Diego, sé que a Diego le he puesto el ultimo de la lista, pero no le puse yo, es la sociedad la que determina el orden, ¡¡y repito!!, a veces le miro y entiendo, que ni yo misma, podría ser quien soy, sin Diego, mi marido, mis padres, mis hermanos, familiares, amigos, compañeros y desconocidos.

A veces pienso que está tan lejos de llegar, ni siquiera se decir a donde, pero me reconforta pensar que mi hombro es su primer paso de cada día y que cada día es un paso más.

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