Una nueva técnica permite ver el interior del cerebro, en toda su complejidad. Mediante esta nueva técnica, aún en estudio, se podrá estudiar más afondo las enfermedades de la mente, entre ellas los trastornos del espectro del autismo.

Se trata de un trabajo realizado por investigadores de la Universidad de Stanford que se ha publicado en la revista Nature.  

Los científicos de la Universidad de Stanford han logrado hacer transparente parte de un cerebro humano y totalmente  el cerebro de un ratón. Esta técnica permite que  las redes de neuronas, que reciben y envían información, se destaquen en colores  y puedan ser vistas en toda su complejidad tridimensional sin tener que cortar el órgano.

Diferencias con otras técnicas

El nuevo proceso, llamado Clarity, conserva tan bien la bioquímica del cerebro que permite someterlo una y otra vez a pruebas con productos químicos  para destacar estructuras específicas y  obtener información  sobre su actividad pasada.  

El Dr. Thomas Insel, director del Instituto Nacional de Salud Mental, que ayudó a financiar la investigación, ha asegurado que la técnica permite estudiar cerebros humanos conservados -en formalina- durante largo tiempo.

¿En qué consiste?

 La clave de esta nueva técnica es una sustancia denominada «hidrogel». Se trata de un material compuesto, en su mayor parte, de agua unida por  moléculas más grandes que le dan cierta solidez.

El hidrogel forma una especie de malla que penetra en el cerebro y se conecta a la mayoría de las moléculas pero no a los lípidos, que incluyen grasas y algunas otras sustancias. Luego se coloca el cerebro en una solución jabonosa y se aplica una corriente eléctrica, que hace correr la solución por todo el cerebro, lavando los lípidos. Una vez que estos se han eliminado, el cerebro queda transparente y su bioquímica está intacta, de modo que se pueden introducir productos químicos como moléculas de anticuerpos que también tienen agregada una tintura, lo que permite ver hasta los mínimos detalles de su estructura y su actividad previa.

Es necesario seguir trabajando para que esta técnica  que pueda aplicarse a un cerebro humano entero, porque éste tiene más lípidos que el cerebro de un ratón.

Santiago Canals, director del grupo de Plasticidad de redes neuronales del Instituto de Neurociencias de Alicante (dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas -CSIC-) asegura que «la técnica, aunque no tiene ninguna aplicación clínica, es muy prometedora para la investigación de enfermedades».

Fuente: elmundo.es

 

 

Te puede interesar...
Share This
Ir al contenido