Tras la muerte de su madre, Nikolas, un joven con autismo, decide emprender un viaje a su pueblo natal. Quiere cumplir una misión, llegar a alta mar en dos días. Allí se encontrará con Ane, su única amiga de la infancia que estará dispuesta a ayudarle. Sin embargo, las barreras que encuentra Niko para relacionarse, no se lo pondrán fácil, porque no todo el mundo sintoniza la misma frecuencia.

Le película se puede ver en Madrid, en los Cines Verdi, a partir del viernes, 2 de septiembre. 

El miércoles, 31 de agosto, hubo una proyección especial a la que acudió el equipo de la película y a la que pudo asistir el director de Federación Autismo Madrid, Luis Pradillos García, que nos ha compartido estas reflexiones acerca del film. 

 

Iker, el director de «El radioaficionado» nos adentra, con mucho talento, en una historia muy intimista, que nos acerca a la vida cotidiana del protagonista, un persona con autismo, pero va mucho más allá, profundizando en la crítica y conciencia social, en el viaje emocional del protagonista y de las personas que se relacionan con él, y mantiene de forma excepcional la tensión dramática del hilo argumental. 
Nikolas, una persona adulta con autismo, a la que le falta su madre, se queda solo, y se encuentra oprimido en un trabajo precario, sin contrato y sin adaptación a sus necesidades. Entonces, decide durante unos días de vacaciones, iniciar un viaje para cumplir el deseo de su madre, depositar sus cenizas en el mar, pero para eso va a necesitar ayuda, y se va a encontrar con muchas dificultades.
El director muestra a través de Nikolas, una realidad social a través de la incomprensión, burla y, a veces, abusos de la sociedad que no entiende qué le sucede, cómo le afecta la hipersensibilidad sensorial, así como las dificultades de comunicación con otras personas (literalidad, incomprensión de bromas,…) y la comprensión de las situación sociales.
 
 
 
Retrata con mucho criterio las situaciones de crisis y dificultades de conducta, pero también podemos ver la angustia e impotencia de las personas que quieren ayudarle pero no saben cual es la mejor manera de hacerlo. 
 
 
También visibiliza las competencias laborales de las personas con autismo, cómo a través de la rigidez mental y la concentración, unido a su reto y motivación personal, Nikolas demuestra que tiene mejores destrezas y competencias para desarrollar su oficio mejor que otras personas, sólo necesita esa oportunidad de poderlo demostrar. Además, la película nos muestra muy bien como las personas con autismo sienten emociones por otras personas, pero sobre todo, nos muestra a través de una interpretación excepcional del protagonista, el alto grado de sufrimiento, al que se ve expuesta una persona con TEA, de manera continua, en un entorno social tan exigente y agresivo.
En conclusión, es un grito sensible a la tolerancia, desde la emoción y la empatía, un relato conmovedor que nos dibuja un retrato social e intimista que nos acerca de forma excepcional a la vida de una persona con autismo, y nos traslada un gran mensaje de conciencia y responsabilidad social, está en nuestras manos ayudarle.
 
 
 
 
 
 
 

 

 

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