Los ingenuos piensan que el autismo es una condena.
Un querer y no poder.
Sin embargo, yo creo es otra escena.
Es un no querer y si poder.

No querer permanecer callada,
y ser igual que la manada.
No querer negar mi problemática,
en una sociedad democrática.

Sí poder alzar mi voz,
para ser mi propia portavoz.
Si poder ser decisiva,
en una sociedad neuroinclusiva.

Y por ello,
cada día a día me recuerdo,
La belleza de esta sociedad,
está en su diversidad.

 

R. Manzanera

 

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