Aunque el  Tercer Sector de Acción Social comenzó a sufrir las serias consecuencias de la crisis económica en 2012,  se estima que su financiación pueda caer hasta un 33%  en los próximos tres años, según un informe elaborado por el Instituto de Innovación Social de ESADE, la Obra Social «la Caixa» y la Fundación PwC.

La evolución

La financiación de los organizaciones no gubernamentales se mantuvo entre 2008 y 2011 gracias a que la financiación pública compensó la caída de la financiación privada.  En el  2011 se recibieron más de 8.000 millones de euros de financiación, el 70% correspondió a las Administraciones Públicas y más del  20% de la financiación privada procedió de la Obra Social de las Cajas de Ahorro. En ese periodo, el volumen de empleo superó los 400.000 puestos de trabajo remunerados.

Pero el año 2012 supuso un gran vuelco para el Tercer Sector de Acción Social, según recoge este estudio.  La caída en las altas de nuevo socios, las dificultades de cobro, las cancelaciones de subvenciones o la falta de ejecución y las dificultades de acceso al crédito contribuyeron a esta situación.

Nuevas estrategias

Las organizaciones del Tercer Sector han comenzado a desarrollar nuevas líneas de actuación que les permitan sobrevivir en el futuro. Entre estas estrategias destacan, por ejemplo, aquellas dirigidas a la búsqueda activa de financiación privada, la reorientación de la actividad hacia la atención directa,  la medición de resultados o  el establecimiento de sinergias entre entidades.

A parte de estas nuevas líneas de trabajo, las ONG  se han visto obligadas a llevar a cabo medidas drásticas como Expedientes de Regulación de Empleo o reducciones de plantillas, la no renovación de contratos, la desaparición de entidades o el cierre de sedes y el inicio de fusiones entre las entidades.

Los Retos

1.- Flexibilidad y Agilidad de Adaptación:

La crisis ha puesto de manifiesto la necesidad de contar con un modelo de actuación y una estructura más flexible, que permita responder de forma ágil a los cambios sin renunciar a la misión/visión de cada entidad.

2.- Modelo de financiación:

La caída en la  financiación pública obligará a un cambio en el mix de financiación, en la estructura y en la importancia de la base de socios.

3.- Orientación de resultados:

Las nuevas exigencias de los  financiadores y la necesidad de fortalecer la imagen del sector implicarán un cambio en la rendición de cuentas de las entidades. Éste modelo deberá basarse en la medición de impacto/resultados.

4.- Relación entre entidades:

La necesidad de mayor influencia, eficiencia e impacto del sector hace que la relación entre entidades sea uno de los retos para el futuro del mismo. Las ONGs deberán apostar por el trabajo en red y  la colaboración con entidades que buscan un  impacto común.

5.- Mutualización:

La presión sobre los gastos de gestión, la necesidad de encontrar formas de acceder a innovación o la necesidad de racionalización del sector obligarán a buscar nuevas formas de mutualización de recursos entre entidades. Las f usiones o alianzas podría ser la solución como vía para incrementar la eficiencia,competitividad y el impacto en los resultados.

6.- Relación con la sociedad civil:

La reducción de la financiación junto al aumento de la demanda implica que será necesario incrementar la participación de la sociedad civil y maximizar su aportación  para hacer frente al nuevo contexto.  Para lograrlo será necesario incrementar la relación  con la sociedad civil en sus diferentes facetas de colaboración  (donante/voluntario/ ciudadano).

Los cambios en estas seis dimensiones de transformación llevarán  a una mayor profesionalización del sector.

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